A Castro se le resiste el primer gol

Carlos Castro, jugador del Real Sporting de Gijón, no está teniendo el inicio que esperaba esta temporada, la de su renovación hasta 2022. Ya han pasado 14 jornadas y sigue sin estrenarse de cara al gol. El canterano, en cualquier caso, sólo ha participado en siete partidos para un total de 170 minutos. Nunca había tardado tanto en hacer su primer tanto en las tres campañas que suma con el primer equipo.

170 minutos y sólo una titularidad en 14 jornadas no son, ni mucho menos, demasiadas oportunidades. La afición, y con razón, le ha reprochado su expulsión en Soria y el penalti fallado ante el Sevilla Atlético. Sin embargo, dichos errores del canterano rojiblanco son, probablemente, consecuencia de su frustración.
Sobre todo, a Carlos Castro le está pesando la falta de continuidad. Tanto en los cursos anteriores como en el actual, y a pesar de la voluntad de Herrera por contar con el mejor nivel del delantero. El mismo rendimiento con el que hizo nueve goles en apenas 1.000 minutos en su estreno con el primer equipo, que curiosamente se produjo de rebote ante la sanción para fichar. No menos mérito tuvieron sus siete tantos en su primer año en Primera división. Eso sí, sus registros, cuatro goles, ya fueron menores la última temporada completada.
Pero incluso su estreno en el año del descenso, en la jornada 8, fue madrugador. Necesitó 118 minutos para inaugurar su casillero de goles, sólo 40 como titular. Un ejercicio antes, en el 15-16, aún requirió menos tiempo para marcar su primer tanto. En concreto, 33 minutos, en su segunda participación y en sus primeros 17 minutos como titular en la máxima categoría del fútbol español. Por último, o para empezar en el primer equipo, empleó 52 minutos para golear por primera vez en El Molinón en el año del ascenso.
Por todo esto, sus números reflejan una facilidad goleadora difícil de igualar, así como su estancamiento en la actualidad. Para salir del bache necesita voluntad y la continuidad que no tuvo en el pasado. Sin ir muy lejos, la temporada pasada, fue declarado por la afición el mejor jugador del mes de octubre, pero esa misma semana, días después, volvió al banquillo de los suplentes. Su último gol, en Primera, fue ante Osasuna y sirvió para rescatar un punto.