El día que Muriel pensó en dejar el fútbol

Luis Muriel se sinceró en los medios del club, invitado tras postularse como el jugador más en forma del Sevilla en este primer tramo de año. El cafetero declaró la dificultad en sus inicios, donde incluso estuvo apunto de retirarse. Una posibilidad motivada por la gravísima lesión que sufrió y que le apartó casi un año de los terrenos de juego.

"Tenía 11 años y estando en un partido no veía la magnitud de lo que podía costarme no hacer el calentamiento. Yo era el delantero titular del equipo y fuimos a un pueblo a jugar un amistoso pero en medio del partido el chico que estaba jugando y yo entré sin calentar. En la primera jugada en un balón largo, estiré la pierna para que no saliera el balón y sentí un dolor muy fuerte detrás. Tuve la primera rotura del isquio. Me hundí y no quería jugar porque ningún niño a esa edad quiere, era ilógico que un niño tuviera una lesión de ese tamaño. Me rompí todo el músculo, estuve seis meses en los que no se me quitaba el dolor", reveló.
Una lesión que no fue valorada por su club, con un trato que cayó en el olvido: "Cuando volví hubo otros chicos que estaban jugando y el entrenador me pidió hacer las pruebas con los nuevos. En ese momento me sentí derrotado, dije que no iba a jugar que no iba a hacerlo y no podía llegar como nuevo. Dije que no quería jugar más".
No obstante el fútbol siempre te da segundas oportunidades: "Luego pasó poco tiempo, vino el que era mi entrenador y lo primero que hizo fue ir a buscarme. A los quince años fui segundo goleador jugando con los mejores equipos del país y el entrenador del rival en la final me dijo "te quiero ver en Cali". Luego pasaron dos meses y creía que no iba a llamar nunca pero al final la llamada llegó".