Sampaoli, el hombre de las mil y una anécdotas

El técnico argentino, Jorge Sampaoli, contempla sigilosamente el paso de los minutos para convertirse en nuevo entrenador del Sevilla FC. Forjado en la humildad, conquistó la gloria futbolista a base de trabajo, constancia y de no creer en pensamientos limitantes. Su carrera en los banquillos está llena de vivencias únicas que le hacen ser, lo que hoy es.

Nacido en Santa Fé hace 56 años, ha desarrollado su carrera como técnico básicamente en Chile, donde ganó tres ligas como entrenador del Universidad y se proclamó campeón de la Copa América en 2015 al frente de la selección andina. Sin embargo, para llegar a saborear el éxito, Sampaoli se inició desde la base. Cuando entrenaba al Alumni de Casilda de su localidad natal, el 'Hombrecito' como así se le conoce, llegó a dirigir un partido desde un árbol: "Era la cancha de Arequito en Casilda, la liga amateur, y no había tribunas. Estaba dirigiendo y el árbitro me expulsa. Estaba llena la cancha porque era una final y para seguir estando cerca de los jugadores me subí a un árbol, alto. Me empujaron y trepé y el árbol se inclinaba hacia adentro de la cancha, entonces gritaba desde allí".
No sería la única de las historias que le acompaña. Incluso, en sus primeras andaduras tuvo que habitar en una casa conexa a una estación de bomberos. Fue en su etapa en el Sports Boys peruano:"El club pasaba una importante crisis económica y los dirigentes estaban obligados a reducir los gastos. Me mandaron a vivir a una casa que colindaba con la Compañía de Bomberos N° 34 de La Punta, con pasillos que accedían directamente entre ambos establecimientos. Compartía los pasillos y tenía contacto con los bomberos. Me apodaron 'el Hombrecito', decían ellos por mi manera formal de manejarme y por mis saludos respetuosos", recordaba Sampaoli.
"No escucho y sigo, porque mucho de lo que está prohibido me hace felíz". Frase tatuada en su piel. Fiel seguidor de la banda rockera argentina 'Callejeros', Jorge Sampaoli siempre mostró su apoyo a la ya extinta agrupación musical, cuyos miembros fueron encarcelados debido a un incendio en uno de sus conciertos que le costó la vida a 194 jóvenes y provocó más de 1.500 heridos.
Fanático de la música de este grupo, Sampaoli llegó a visitar en prisión al vocalista de dicha banda, al que regaló camisetas, además de mostrarle su apoyo.
'Sampa' no escucha y sigue. Sevilla será la nueva ubicación testigo de sus hazañas.