Es Noticia

Rusescu, el jugador que sobrevivió a la pobreza

Álvaro Ramírez

El Sevilla se ha hecho con los servicios de Raul Rusescu, delantero rumano del Steaua Bucarest, máximo goleador de la liga rumana y designado como mejor jugador del torneo. Pero más allá de sus goles, sus virtudes y defectos, sus particularidades deportivos, Rusescu tiene una bonita historia, y también dura, muy dura, detrás.

El ya nuevo jugador sevillista nació el 9 de julio de 1988 en un barrio pobre y gris de Ramnicu Valcea, en Zavoi. Su historia está ligada desde su infancia con la pobreza. Creció en un "modesto pero limpio" pequeño apartamento de 20 metros cuadrados donde vivían seis personas, sus abuelos, sus padres, su hermano menor Radu y él mismo, según ha relatado recientemente un amigo de la familia en el diario Libertatea.
Redibían ayuda de los vecinos para salir adelante y el padre lo pasó realmente mal para sobrevivir con toda su familia, ya que a veces no tenían dinero ni para comer, revelaron los antiguos vecinos de Rusescu.
Pero aún así, el jugador empezó a jugar al fútbol. Su familia casi no podía pagar ni sus botas ni su indumentaria, pero empezó a jugar. En 1997, 'Pufulete', así le apodaban, empezó a dar sus primeras patadas en el FC Telespan.
Allí resultó de vital ayuda su primer entrenador, Cristi Bora, que aportó todo lo que no podía aportar su familia.
De hecho, el mismo Bora recuerda dos graves lesiones que tuvo el todavía niño Rusescu en su infancia. La primera, una fractura de tibia y peroné que se produjo en la escuela, al resbalar en el hielo. La segunda, cuando su pierna quedó atrapada entre las puertas de un autobús, que le desgarró un músculo.
Todo eso superó Rusescu, incluso la marcha de su madre a Italia, en los primero años del siglo XXI. Pero siguió adelante y su carrera de futbolista fue tomando forma. Del equipo de su ciudad, el Ramnicu Valcea, pasó al Unirea de Urziceni, un paso que resultó vital. Por fin podía decir adiós a la pobreza con sus primeros sueldos generosos.
Tras un par de cesiones a equipos menores fue clave en el Unirea que ganó la liga rumana y jugó la Liga de Campeones, de la mano de Dan Petrescu, el exjugador rumano que le pulió y lo condujo hasta la primera línea futbolística.
Su buen hacer en el Unirea le llevó a 2011 al Steaua, donde mantuvo el nivel y lo aumentó, no sin cierta presión del técnico Ilie Stan para concienciarle de su capacidad. Dieron resultado. Rusescu se ha convertido un año después en internacional, en máximo goleador rumano e incluso en un personaje público en Rumanía, como atestigua una sesión fotográfica en la República Dominicana (Se confiesa amante de las vacaciones exóticas) junto a su esposa Roxana. Ahora da el paso al Sevilla y puede decir con toda tranquilidad que deja la pobreza atrás y que de aquella miseria de sus primeros años en Ramincu Valcea, salió un futbolista.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar