Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia

Una historia repleta de batallas de alto voltaje

Jorge Liaño

El del próximo domingo es algo más que un partido cualquiera. Es un Osasuna-Sevilla con la vida en juego para los navarros y la temporada entera para los sevillistas. Hace recordar aquellos duelos de hace algunos años en copa, liga e incluso Uefa en los que empezó sonriendo el club navarro y acabó haciéndolo el Sevilla. Javi Navarro, Pablo Alfaro, Julio Baptista, Soldado, Bakayoko, Webó, Puñal o Alfredo pueden dar buen testimonio de ello. Y encima, para caldear más el ambiente, pita Muñiz Fernández.

¿Y por qué es importante que pite Muñiz Fernández? Basta recordar que fue él quien expulsó esta temporada a Reyes en Cornellá por sacar una falta cuando se lo había ordenado. Y a raíz de aquello se pegó un tiempo en la nevera. Lo normal, no obstante, es que no se vean las caras tras la roja que vio Reyes ante la Real Sociedad.
Muñiz Fernández precisamente arbitró el primero de una larga serie de enfrentamientos entre Sevilla y Osasuna que acabaron con polémica. Fue en enero de 2003. Sevilla y Osasuna habían empatado a uno en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey y jugaban la vuelta en Pamplona. El partido se jugó bajo una intensísima nevada y Osasuna acabó imponiéndose por 3-2 en la prórroga, en el minuto 115, con un gol de penalti muy protestado por el Sevilla, que montó en cólera con diversas decisiones del trencilla a lo largo del choque. Fue el inicio de una larga enemistad entre ambas plantillas. Se vivieron enfrentamientos marcados por una violencia extrema para tratarse de partidos de fútbol, una nueva eliminatoria de copa exitosa para los navarros e incluso el episodio del gol con la mano de Aloisi, pero sin duda, el partido que no olvidarán unos y otros fue el correspondiente a la última jornada de liga de la temporada 2003/2004. Aquel día el Sevilla necesitaba ganar para meterse en la Uefa y el Osasuna no se jugaba nada… clasificatoriamente hablando. Acabó ganando 1-0 el Sevilla gracias a un tanto de Julio Baptista. Bakayoko y Pablo Alfaro llegaron a las manos y el partido fue una guerra.
Más adelante, y ya sin violencia, Sevilla y Osasuna se enfrentarían en abril de 2007 en una histórica semifinal de la Copa de la Uefa. Los navarros fueron mejores en casa, ganando 1-0 con un tanto de Soldado, pero el Sevilla remontó en el Pizjuán imponiendo su mayor calidad por 2-0 con goles de Luis Fabiano y Renato.
Desde entonces, el nivel de tensión de estos enfrentamientos se ha rebajado de una manera considerable, pero tampoco se han visto las caras ambos equipos en momentos tan dramáticos como este para Osasuna, o tan importantes económica y socialmente hablando para el Sevilla. La temporada está en juego en un partido para hombres.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar