Inofensivo, pero ordenado

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha empatado en La Romareda en la ida de los cuartos de final ante el Zaragoza en un debut de Unai Emery que ha dejado la eliminatoria muy abierta tras un partido totalmente cerrado. En cualquier caso, el equipo hispalense fue ligeramente superior y gozó de las mejores ocasiones. 

El partido ha sido muy cerrado y ha dejado la eliminatoria muy abierta, realmente abierta. El 0-0 en la ida no es mal resultado, pero también es peligroso, pues cualquier empate a goles en la vuelta deja fuera al Sevilla. Eso en cuanto la eliminatoria, pero el partido venía marcado por el debut y el estreno del Sevilla de Emery.

Ciertamente, no se puede apreciar demasiado su mano en el plantel, pero sí ha habido detalles, pequeños detalles que dan idea del camino que, al menos de inicio, quiere tomar el técnico vasco.
Para empezar, el centro del campo lo domina un doble pivote muy fijo, junto y paralelo, no tan escalonado como con Míchel. Y, además, conocedor Emery de que sus futbolistas no andan sobrados de confianza, ha querido que su equipo no arriesgara ni un ápice el balón. No le han dolido prendas a este Sevilla por jugar con Palop una y otra vez si no lo veía claro, o tocar a los centrales cuando las vías se cerraban. La consigna debía ser clara.
Además de ello, sí que estuvo muy ordenado el conjunto hispalense, que apenas concedió ocasiones, y tuvo su defensa unos metros más adelante de lo que solía. Detalles de momento, pero que pueden ser sintomáticos.
Con esa idea salió el Sevilla y con una parecida se encontró al Zaragoza, más preocupado de no cometer fallos que de meter en problemas a Palop, inédito en la primera mitad y solo activo ante Postiga en la segunda.
Fruto de ello el encuentro fue bastante cerrado, careció de fútbol y se convirtió en una pelea de mediocampismo.
Con todo, en esa laguna 'afutbolística' el Sevilla puso las gotas mínimas de fútbol que propiciaron ciertas ocasiones, en la primera y en la segunda mitad. Un control de Negredo por aquí, un pase de Rakitic por allá, y varias internadas de Jesús Navas por más allá provocaron situaciones de peligro. Pero ni el mismo Negredo ni nadie encontró el gol y por eso no hubo premio a la leve superioridad nervionense.
En cualquier caso, salvo el palaciego, la línea de ataque sevillista anduvo imprecisa e inofensiva. Nada Reyes, muy poco Negredo e intermitente Rakitic.
Mejor, bastante mejor, estuvo la defensa, con unos Medel y Maduro bien posicionados y una pareja de centrales que se encuentra mucho más cómoda cuando tienen centrocampistas cerca. Casi no concedieron oportunidades a los de Jiménez, y solo Postiga, desde lejos, inquietó a Palop.
El partido dio poco más de sí. No hubo victoria segura a entrenador nuevo, pero no hubo derrota, que en el Sevilla ya es un logro, y la eliminatoria queda abierta para que el Sánchez Pizjuán decida la próxima semana. Para entonces, los detalles que deja el Sevilla de Emery ya serán argumentos algo más sólidos.