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Ni llave ni cerrajería para el candado del Levante

Sevilla FC 0-0  Levante UD

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla no ha podido ni sabido superar al Levante en el Sánchez Pizjuán. Un Levante que echó el cerrojazo, que se cerró atrás y que nubló las ideas de un equipo que anduvo falto de frescura, velocidad y, sobre todo, de ideas.

La lectura del partido es tan sencilla que asusta. El Sevilla no ha sido capaz de desarmar a un equipo que sí, que se ha cerrado atrás con orden, que ha trabajado y ha sufrido, pero que realmente ha frenado a los locales con armas y argumentos rudimentarios. Y lo triste es que ante esos argumentos y razones de sobra conocidas en el equipo granota, el conjunto nervionense no ha sabido ponerle réplica. Tuvo ocasiones, de forma aislada, en la estrategia, magníficamente trabajada por cierto, y sobre todo en el tramo final del encuentro, pero en realidad casi nunca encontró vías de penetración hacia la portería de Munúa. 

Crónica on-line
Árbitro
Clos Gómez. Amarillas a Medel (71'), Martins (92').
Formaciones
Sevilla FC: Palop; Cicinho, Fazio, Spahic, Fernando Navarro; Medel, Maduro (Reyes, m. 59), Rakitic (Campaña, m. 84); Jesús Navas, Negredo, Luna (Babá, m. 74). 
Levante UD: Munúa; Pedro López, Ballesteros, David Navarro, Juanfran; Iborra, Diop (Míchel, m. 73); Juanlu, Barkero (Pallardó, m. 86), Pedro Ríos (Rubén, m.69); Martins.
Goles
1-0, m. 32: André Castro.
Incidencias
Ramón Sánchez Pizjuán.

En choques como el de este domingo en el Sánchez Pizjuán, en el desangelado Sánchez Pizjuán, se superan los cerrojazos, tan contrarios para el espectáculo como legítimos, con movilidad, rapidez, dinamismo, sorpresa... con un poco de caos incluso. El Sevilla no tuvo nunca nada de eso. Anduvo falto de frescura y solo apenas Medel aportó esa llegada por sorpresa y Campaña, en seis minutos, algo más de velocidad al juego. Quizás por esto último andaba la solución del encuentro, y no tanto por el nombre, el de Campaña, como por el cambio. El Sevilla anduvo huérfano de frescura y cuando no estuvo en el campo, Míchel no la encontró en el banquillo. Ante el muro levantinista, el técnico volvió a caer de nuevo en el mismo error, el de optar primero por un jugador, Reyes, que a día de hoy es una máquina de perder balones (10 en 34 minutos) y no por dotar al centro del campo de más versatilidad y velocidad en el juego. Rakitic recordó por esta vez más al de la temporada pasada y echó de menos el Sevilla más opciones en el juego, más sorpresa, más velocidad...   
Dominador, seguro atrás y controlador, pero demasiado previsible fue todo en el equipo hispalense, incluso cuando la banda derecha combinaba. El Levante redoblaba esfuerzos y frenaba las penetraciones por la banda. Luego, por la izquierda, lo cierto es que Luna puso empeño, pero casi nunca superó en el uno contra uno a Pedro López y estuvo poco preciso. Es decir, que la única vía de penetración fue la banda derecha porque Luna no aportaba precisión y porque el centro, ni con Rakitic adelantado primero ni con Reyes en la mediapunta aportó ni llegada ni pase ni claridad. Es más, solo cuando Negredo abandonaba su zona de remate se olía algo distinto.
Luego tiró de Míchel de Babá, y Babá hizo lo que sabe, que a tenor de los tres últimos partidos está claro, fallar. Ante el Levante marró una clarísima ocasión tras un rechace al larguero que se le quedó franco.
El Sevilla pudo ganar, y puestos a merecerlo, si alguien mereció ganar por dominio, por control, por intención y por ocasiones fue el Sevilla, pero también es cierto que el equipo de Míchel no tuvo las ideas claras, que estuvo muy previsible y que ante el primer obstáculo se nubla de forma casi desesperante.
El Sevilla no es que no encontrara llaves para abrir el cerrojo del Levante, es que no sabía ni donde estaba la cerrajería para adquirirlas.
 

 

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