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Es Noticia

El Sevilla de Míchel, en pañales

Á. Ramírez

La pretemporada avanza, restan dos semanas para que comience el curso liguero y, por ahora, el Sevilla de Míchel deja unas sensaciones realmente preocupantes que, sobre todo tras la imagen del Nuevo Arcángel y la derrota ante el Córdoba, empiezan a despertar muchas dudas.
 

Nada es definitivo y en realidad las alarmas siempre son relativas cuando la competición aún no es oficial, cuando quedan piezas por engranar y cuando la forma física aún no es la idónea, pero eso tampoco debe esconder el poco avance del conjunto nervionense con respecto a la temporada pasada.
 
Por ahora, la imagen del Sevilla es totalmente plana. No se vislumbran mejoras ni un patrón de juego determinado. El centro del campo, que ha recibido dos refuerzos (si bien Maduro está fuera en estos momentos), sigue teniendo las mismas carencias. Genera poco juego y sigue despertando incógnitas.
Unido a la falta del patrón de juego se añade un mal de tiempo atrás y que por ahora tampoco tiene solución. Podría ser algo lógico que el equipo saliera sin intensidad en partidos de pretemporada, pero tratándose de uno de los mayores males de este equipo, que en cualquier encuentro veraniego el Sevilla se deje ir, que apenas reaccione, que apenas muestre orgullo, es tremendamente significativo.
Evidentemente a los fichajes hay que darles tiempo. Y de hecho algunos de ellos apuntan buenas maneras. La cuestión es si su margen de mejora es el único recurso, junto a Navas y Negredo, al que puede agarrarse este Sevilla.
Y como telón de fondo, la defensa. Fazio, Spahic, Bernardo y Cala la forman. A priori parece una zaga quebrantable, sobre todo porque a uno de ellos se le quiso dar salida al final de la temporada pasada, Spahic, y otros dos llegan de sendas cesiones pero hasta ahora nunca han sido indiscutibles en el equipo sevillista. Parece claro que faltan refuerzos para el centro de la zaga, pero por ahora la dirección deportiva espera y no se mueve.
El encuentro de este sábado ante el Borussia Moenchengladbach, en Alemania, será una verdadera prueba para un Sevilla que sigue con encefalograma plano y que no ha dado constantes vitales por ahora este verano.

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