La Romareda, una hemorragia abierta desde que se juega a puerta cerrada

El Real Zaragoza volvió a tropezar en La Romareda. Una circunstancia que se ha vuelto habitual desde que se obligara a la disputa de los encuentros a puerta cerrada, pero que en esta ocasión se hace todavía más doloroso al haber ocurrido frente al Sabadell, colista de la categoría que no sabía lo que era puntuar hasta que llegó al coliseo zaragozano, del que además, pudo llevarse la victoria.

Una tendencia que se está tornando peligrosa y que ahonda en la herida abierta en el Real Zaragoza desde que se produjo el parón provocado por la expansión del coronavirus. El equipo se vino abajo y, muy especialmente, en el estadio municipal de La Romareda. Una sensación que se avisó en numerosas ocasiones desde todas las instancias y que los partidos disputados no han hecho más que confirmar.

Antes del confinamiento, el conjunto aragonés había conseguido dotar de cierto brillo sus actuaciones como local, alcanzando la quinta posición en esa hipotética clasificación con 28 puntos en 15 encuentros disputados en La Romareda. A partir de ahí, el desastre. Una cuenta que inició el Alcorcón y que siguió hasta la promoción frente al Elche. En liga regular fueron 6 encuentros en los que se sumó únicamente ante la Ponferradina, convertido el Real Zaragoza en el peor local con tres puntos en seis encuentros.

Fortalecer La Romareda, un reto para Baraja

Unas cifras que no está pudiendo mejorar Rubén Baraja, pese a que una de sus señas de identidad sea la fortaleza de sus equipos cuando actúan de local. Hasta el momento, en cuatro partidos apenas se ha superado al Albacete, empatado ante Las Palmas y Sabadell y caído frente al Málaga. Un aspecto a mejorar, otro más, para el técnico vallisoletano, que tendrá dos nuevas ocasiones de forma temprana con los compromisos ante Mallorca y Girona, que marcarán el nivel de este Real Zaragoza.