Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia

Frank Rijkaard: una estrella fugaz en el Real Zaragoza

Frank Rijkaard, durante un partido con el Real Zaragoza (Foto: ZGZ).
Periodista. Apasionado del deporte.

Por las filas del Real Zaragoza han pasado todo tipo de jugadores. Nombres importantes, hombres que hicieron historia u otros que, por diversas circunstancias, no cuajaron o se marcharon tras un corto periodo de tiempo como blanquillo. En ese último bloque se encuadra Frank Rijkaard. Esta semana se cumplen 32 años de su debut con el cuadro aragonés en La Romareda.

Llegó procedente a través del Sporting de Lisboa procedente del Ajax para un corto periodo de tiempo, un idilio que comenzó un 27 de febrero de una temporada que ya entraba en su recta final. Durante ese tiempo, Rijkaard tuvo tiempo de jugar 11 partidos con la camiseta del Zaragoza y de cosechar cuatro victorias.

Tuvo minutos, pero su debut en La Romareda no se produjo hasta un 27 de marzo de 1988, cuando se vistió de corto por primera vez en La Romareda. Lo hizo para medirse al Athletic en un encuentro que terminó empate a un gol en el marcador.

Al final de ese curso, el holandés terminó su periplo en el Real Zaragoza para comenzar una nueva en el Milan de Arrigo Sacchi, que tan buenos recuerdos dejó para el mundo del fútbol en el escaparate.

En varias ocasiones, Rijkaard ha vuelto a pisar el césped de La Romareda y a sentir de nuevo cómo se vive el fútbol en Zaragoza. Lo ha hecho con el Barcelona en más de una ocasión, tanto en Liga como en Copa del Rey.

El idilio entre el Real Zaragoza y Frank Rijkaard no fue demasiado prolongado, pero lo suficiente como para que el holandés tenga un pequeño hueco en su corazón para el conjunto blanquillo.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar