Fede Bikoro: la vida marcada por una tragedia
La llegada de Federico Bikoro al Real Zaragoza es posiblemente el movimiento más sorprendente realizado en este mercado estival. Procedente del CD Teruel, su llegada sigue la línea de fichajes como el de James Igbekeme o Giorgi Papunashvili, nombres desconocidos con mucho futuro por delante.
En el caso de Bikoro, el ecuatoguineano ha tenido ocasión ya de vestirse la elástica del Real Zaragoza en dos ocasiones, ante la Peña Ferranca y el Boltaña, encuentros de escaso nivel pero que deben servir al centrocampista para tratar de ayudar a cumplir su sueño, el de quedarse en la disciplina del equipo blanquillo para tratar de luchar por el ascenso a LaLiga Santander.
Un objetivo que supondría la culminación del largo viaje vital por el que ha pasado el futbolista y que sufrió un duro golpe con apenas 15 años. En plena adolescencia, Bikoro perdió a sus padres, que fallecieron en un accidente de tráfico, quedando huérfano y responsable de sus tres hermanos menores. Se truncaba así su deseo de entrar en la Universidad.
Quiso la casualidad que acompañando a un amigo a un entrenamiento, fue requerido por el técnico para un partidillo y de ahí, a formar parte de su primer equipo, no sin antes recibir sus primeras botas. De otro partido, aquel en la capital, los ojeadores de la academia Cano Sport le abrieron las puertas de Europa.
Periplo por el fútbol español
Un viaje que no sería fácil. Un breve paso de ida y vuelta al San Roque de Lepe; partidos como delantero en el Lokeren belga; problemas económicos en el Recreativo de Huelva y finalmente la oportunidad de jugar el final de la competición con el Alcalá y la siguiente campaña en el San Sebastián de los Reyes, para firmar a mitad de temporada con el Lorca. Apenas dos encuentros con el conjunto murciano, que descendería de categoría. Eso sí, uno de ellos en La Romareda, un encuentro del que guarda especial recuerdo por el ambiente del estadio, pese a que jugó de central y fue expulsado.
La pasada campaña, de la mano de Dani Aso en el CD Teruel, Federico Bikoro volvió a sentirse un jugador importante, disputando hasta 30 encuentros en Segunda B, lo que le sirvió para ganarse el derecho a soñar con formar parte de este Real Zaragoza. Un sueño por cumplir, como ya hizo con otro, el de vestir la elástica de su selección. Motivaciones que hacen seguir viviendo con una sonrisa al futbolista, cuya vida no siempre fue fácil y al que le queda mucho bueno por vivir.