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Una situación anómala ante el Numancia

José Enrique conduce un balón ante el Tenerife en 2017 (Foto: Dani Marzo).
Manu González

A más de un aficionado del Real Zaragoza se le hará muy raro entrar a La Romareda sin el nerviosismo de jugarse los puntos. Salvado matemáticamente, el equipo aragonés ha llegado a una situación anómala en los últimos tiempos, la de no jugar por ningún objetivo. Un contexto muy raro... Los partidos de este tipo en Zaragoza se pueden contar con los dedos de la mano en los tiempos recientes. Club de extremos (luchar por salvarse o por descender), en los últimos diez años el Zaragoza sólo ha encarado un partido de Liga sin jugarse nada en cinco ocasiones.

En 2009, con el ascenso conseguido en La Romareda en la penúltima jornada, el equipo de Marcelino García Toral viajó plácidamente a Vallecas y empató a dos contra el Rayo. Generelo (con un golazo) y Pavón fueron los anotadores. Villarreal en 2010 (3-3 en casa), Sporting y Alcorcón en 2014 y Tenerife en 2017 fueron los otros encuentros.

Broncas y polémicas

No jugarte nada no es sinónimo de tarde plácida. Generalmente estos partidos se han dado tras cumplir penosamente con el objetivo impuesto por las circunstancias de no descender. Así, en 2010 cuando se empató con el Villarreal y se cerró un curso convulso en el que la Directiva dimitió en diciembre, la afición abroncó al palco. En 2014 la sensación fue más de indiferencia. Ante un Sporting que se jugaba el ascenso, y en mitad de una gran tormenta que azotó aquella tarde veraniega, apenas se dieron cita en el estadio unos 3000 zaragocistas. Más tarde, con el club a punto de desaparecer y miles de rumores sobre su compra, el Zaragoza perdió 1-0 en Alcorcón. Aquel partido no pasará a la historia...

Hace dos años, con el equipo ya salvado, se llegó a la última jornada contra el Tenerife, que se jugaba la vida. Por eso, Ángel Rodríguez, el pichichi zaragocista se metió en un lío innecesario al afirmar en una radio tinerfeña que firmaba que el Tenerife ganara si él además metía cinco o seis goles... el jugador ya no volvió a vestir la camiseta blanquilla y la afición protestó amargamente por el año vivido, dentro y fuera del estadio.

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