El objetivo pendiente del Real Zaragoza
El Real Zaragoza va al revés: vive más cómodo viajando que al calor del hogar. Las estadísticas así lo indican: si se quitan los números del Reus en la segunda vuelta, el equipo aragonés ha sacado más puntos fuera que en La Romareda. Gana fuera lo que pierde en casa. Tras el disgusto mayúsculo que supuso la derrota contra el Alcorcón en Zaragoza, Marc Gual incendió Córdoba con tres goles. Una semana después, el Deportivo se llevó los puntos cuando el partido moría. Aquel resultado dejó tocada a la afición y puso al Zaragoza cara a cara con el descenso... Muchos dudaban, viendo el rendimiento en casa, que los blanquillos se pudieran imponer al Extremadura. Y lo hicieron: tres puntos y un gran paso para atar la permanencia.
Eso sí, si esta semana se sigue la misma tónica y a los de abajo les da por puntuar, no se habrá salido de pobre. Un día de la marmota que desquicia a una afición que quiere que cambien las cosas en casa ante el Sporting. Perder contra los asturianos supondría la certeza de que con 47 puntos aún no se ha hecho nada. Así, se viajaría a una Rosaleda donde el Málaga se juega estar en play off. Partido difícil el de los andaluces por más que se respire cómodo a domicilio. Luego vendrán los duelos directos ante el Numancia (otra vez en casa) y el Tenerife en la Isla. Mejor no jugar con fuego.
Racha espantosa en casa
No hay margen de error. El Real Zaragoza tienen que saldar su deuda con una sufrida afición que desde que se le ganó al Rayo Majadahonda en la primera jornada de Liga, sólo ha visto otros cuatro triunfos. Muy poco. Imanol Idiakez se aprovechó de la triunfal inercia de un equipo que la temporada anterior era muy fiable en casa y le ganó a los madrileños. Meses después, llegó la importante victoria en el debut de Víctor Fernández ante el Extremadura en el último partido del año. Real Oviedo, Elche y el desahuciado Nàstic (el Zaragoza aprovechó para darse un homenaje) han sido las otras víctimas. Es tan poco que no queda otra: la plantilla blanquilla tendrá que salir con el cuchillo entre los dientes para asegurar la permanencia y quitarse un peso de encima.