El Zaragoza espanta los fantasmas a base de fútbol
Victoria de oro para el Real Zaragoza en un partido vital para la permanencia. Gran respuesta de la plantilla ante un rival directo al que consiguieron maniatar desde el comienzo. Buenas sensaciones y el equipo respira en la clasificación.
La salida del equipo aragonés al partido fue buena. Los de Víctor Fernández aunaron presión alta y velocidad en las transiciones para poner en apuros a los locales. No había ocasiones claras, pero el duelo se desarrollaba en los dominios de Casto. La dupla Álvaro-Gual se entendía bien y se le veía con chispa y al cuarto de hora pudo marcar Marc.
El Zaragoza merecía el gol y llegó de la forma menos esperada. Un rebote a un centro de Gual sorprendió a Casto y el balón entró en la portería. Era el minuto 17 y el equipo blanquillo se ponía por delante en el marcador, un escenario mucho más cómodo para disputar la final de Almendralejo.
Lógicamente, los locales espabilaron y se lanzaron en busca del empate. La mejor ocasión fue una entrada de Ortuño por la banda izquierda que acabó con una buena parada de Cristian. El meta tuvo una fase de trabajo continuado y hasta le dio tiempo a fallar en una salida y a lucirse en otro gran disparo del exariete zaragocista.
El peligro visitante llegaba a la contra y era con un guión más o menos repetido. Robo de Igbekeme y a la carrera... Álvaro Vázquez se encontró con un regalo de Marc Gual en forma de pase para ponerle delante del portero. La definición fue tan mala que de una buena ocasión para acabar con la sequía pasó a ser un ridículo más esta temporada en la definición del delantero más caro de la plantilla. Lamentable.
La ventaja blanquilla sirvió hasta el descanso. En la segunda parte, los de Víctor Fernández salieron con la misma actitud. Vázquez se quiso resarcir de la ocasión marrada y puso a prueba a Casto con una gran jugada por la línea de fondo. El Extremadura no se dejaba doblegar con facilidad y aprovechaba sus estiradas para llegar con peligro, aunque sin precisión en los últimos metros.
Cristian paraba lo que le llegaba dando seguridad y tapando las clásicas 'tracas' de su defensa, sobre todo en la salida del balón o en los fallos de marca. El Zaragoza debía recuperar el pulso del partido. En plena fase de incertidumbre llegó el cañonazo de Pep Biel. Recuperación en el centro del campo, esta vez de Guti, y el mallorquín se va perfilando el balón para batir a Casto con un disparo desde fuera del área. Impresionante.
Víctor quiso refrescar su artillería y dio entrada a Pombo por un Gual muy cansado. El movimiento tuvo un efecto positivo y en la primera que tuvo hizo el gol de la absoluta tranquilidad para el equipo. El 0-3 dejaba muy encarrilado el encuentro para los blanquillos. Los últimos minutos se desarrollaron sin ningún susto reseñable y los tres puntos viajaron hasta Zaragoza.