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Dorado, recuerdos y deseos

D.M.

Como sucede en el caso de Miguel Linares, la llegada de Chechu Dorado al Real Zaragoza en este mercado invernal supone cerrar un círculo. El que llevó a ambos jugadores a pasar por el filial blanquillo y tras labrarse una dilatada carrera en el fútbol profesional, volver al equipo blanquillo para defender los colores del primer equipo.

En el caso del defensa, al contrario que en el del delantero, Dorado tuvo que abandonar su casa, en Córdoba, para vivir alejado de sus allegados. Un adiós que llegó en época juvenil y que le permitió jugar en el filial blanquillo durante varias temporadas, pero que sin embargo no le dio la oportunidad de jugar en el primer equipo en partido oficial, por eso, cuando se presentó la ocasión, no se lo pensó dos veces, “18 o 20 años después de que llegué aquí sale la oportunidad de venir al Zaragoza y la verdad es que no lo dudé”.

Un fichaje que durante días estuvo condicionado por la posición del Rayo Vallecano, su club de origen, que no ofreció una salida fácil al central, lo que provocó el desánimo de Dorado, que confiesa haber perdido la fe en volver al b en algunos momentos, “parecía que al final no se iba a poder hacer la operación. Había perdido un poco la ilusión y las ganas”. Sin embargo, ya presentado con el club aragonés, confiesa que ha visto “el sueño cumplido de poder vestir la camiseta del primer equipo”.

De su época en las categorías inferiores recuerda a las personas, aquellos con los que compartió vivencias en la residencia, los compañeros de equipo y un recuerdo especial también para el que fuera su entrenador entonces, y actual técnico del Deportivo Aragón, Javier Garcés, del que declara que “me ayudó bastante”. Una experiencia difícil para un jugador muy joven, que suplía la ausencia de sus seres queridos con la ilusión de alcanzar el sueño de su vida “vienes a jugar a fútbol, que es lo que te gusta y eso va tapando la falta de no tener cerca a tus seres queridos”.

Un sueño que estuvo cerca de cumplirse en el Real Zaragoza, donde tuvo ocasión de realizar dos pretemporadas con el primer equipo, en la primera “estaban Aguado, Paco Jémez, Santi Aragón, Ander Garitano” recuerda, y en la segunda “los Milito, Álvaro, jugadores de talla mundial en su momento”.

Por último, ya en el presente Chechu Dorado confía en mantener la buena línea que ha mostrado el Real Zaragoza durante las últimas semanas “mi objetivo es ayudar al equipo para que siga en esta dinámica”, a lo que añade la esperanza de poder mirar a cotas mayores “hay materia prima para que el equipo vaya hacia arriba”. Lo hará el defensa en la que ya puede considerar como su casa puesto que “tengo muchísimas más amistades en Zaragoza que en Córdoba”, un apoyo incondicional para el andaluz, “toda esa gente se alegraba de que por fin pudiera volver a Zaragoza, a jugar al primer equipo”.

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