La Romareda sufrió, vibró y ganó

La quedada de la afición del Real Zaragoza dos horas antes del encuentro para recibir al autobús de su equipo avisaba del ambiente. Una conjura previa que congregó a cientos de seguidores blanquillos, que se dejaron la garganta en la calle. Un bonito y lustroso tifo blanquillo dio la bienvenida a los jugadores. La Romareda jugó un papel fundamental, sobre todo al final del encuentro.

La Romareda lució como en las grandes citas. Recordó momentos mejores y barruntó protagonismo una vez finalizada la pasada jornada. Y es que se juntó el hambre con las ganas de comer. La afición del Zaragoza con la del Sporting. Las dos mareas de Segunda División. Un ambiente de lujo, y cómo no, de Primera.

Un papel fundamental

Según los datos oficiales de LaLiga Santander, 26.472 espectadores poblaron las gradas de La Romareda. Un estadio que vibró, primero para celebrar, y después para sufrir. El tifo blanquiazul que ocupó un 75% de la grada, unido al himno cantado a capella, fue el preludio a una gran tarde de fútbol.
Pero donde se notó la presencia de la afición zaragocista fue al final del partido. Cuando el equipo más estaba sufriendo, la afición dio el último empujón. Supo sufrir y domesticó el partido con la garganta. Pitando las agolpadas del Sporting y soñando con cada contraataque zaragocista. Una tarde de 10 para "la mejor afición del universo", según Natxo.