'Buenrollismo' en el Real Zaragoza

El fútbol no solo es un deporte como tal, también es impulsor y fortificador de las relaciones sociales. Es capaz de todo. Desde forjar amistades únicas, hasta arbitrar una tregua en medio de un conflicto bélico. En el Real Zaragoza, el bienestar entre los jugadores es evidente. Mensajes en redes sociales, bromas en los entrenamientos y abrazos en el campo. Es de reconocer que Lalo Arantegui y Natxo González son grandes culpables del buen rollo que se respira en el equipo aragonés. El director deportivo logró unir al 90% de la plantilla el día 7 de julio y el entrenador les hace desayunar y comer juntos casi todos los días. 

En un equipo de fútbol es fundamental la compenetración entre los jugadores. Para que las piezas del puzzle encajen no solo hay que fijarse en los rasgos futbolísticos, sino en la relación que florece entre ellas. En el conjunto aragonés, ese lazo es aparentemente fuerte. Las redes sociales nos lo cuentan día a día, podría ser todo fachada, pero los detalles en el campo lo confirman. Sí, en el Real Zaragoza hay muy buen rollo.
Tanto jugadores como entrenador suelen hablar de esto en rueda de prensa. A Natxo se le nota contento, esboza una sonrisa cuando habla del proceso de adaptación de los jugadores y de su estrategia de trabajo en la Ciudad Deportiva. Esto da tranquilidad. Pese a las buenas sensaciones que el juego transmite en el campo, no es una mentira que la clasificación registre malos números de los aragoneses. No obstante, todo parece ir por el camino correcto. La amistad que recorre las entrañas de la plantilla es creadora y testigo de tal paradoja.

Los mejores ejemplos

Al que más le está costando adaptarse a su nueva ciudad, equipo e idioma es Giorgi Papunashvili. El problema de comunicación entre Natxo y el georgiano debido al idioma es una traba a la que el entrenador le quita hierro: "Ahí andamos, él aprendiendo español y yo georgiano", afirmó el vasco sonriente. Pero en el bienestar de Papu en su nuevo entorno se eleva como primordial la presencia constante de Jorge Pombo. 
Los dos futbolistas han sido uña y carne desde el primer momento. Tanto en sus cuentas de Twitter como de Instagram nos han hecho saber su buena relación, a la que a menudo se suma Borja Iglesias, que muestra también su simpatía con la afición zaragocista constantemente. Entre otras cosas, por eso es el ídolo. Pero el ambiente ideal es el que hay en general, en las buenas y en las malas. Los suplentes y los titulares. Todos juntos.