Punto y final a la pesadilla

Montilivi albergó una fiesta de ascenso a Primera a la que estuvo invitado el Real Zaragoza que, lamentablemente, también celebraba haber mantenido la categoría. La fiesta, también lamentablemente, no fue futbolística. Más bien fue un encuentro lúdico en el que los diez mil espectadores que poblaban las gradas del estadio gerundense celebraban un hito histórico de su club. No fueron a ver un partido de fútbol.

La primera parte fue plana. Ni saques de esquina, ni faltas, ni amarillas... Ni mucho menos llegadas, ni tan siquiera centros peligrosos, poco juego cerca de las áreas, apenas disputas en el centro del campo... Mucha camaradería entre los jugadores y alguna que otra entrada de las asistencias para atender a algún futbolista que se había torcido el tobillo en alguna acción en solitario.
En medio del sopor, una actitud merecida por los dos equipos tras 40 partidos de Liga, llegó un tiro lejano de Lanzarote que buscaba una comba de las suyas, pero que se perdió desviado. El mismo jugador quiso avanzar por su costado, pero estaba en fuera de juego. A la salida de un córner, el balón le llegó a Marcelo Silva en la frontal, disparó libre de marca y su disparo salió muy alto. La tele enfocó a Samaras en el banquillo y el griego reía...
El Girona ni tan siquiera probó a Ratón. Algún centro muy blando o demasiado pasado e incluso un cabezazo de Sandaza al filo del descanso que salió en dirección contraria... Poco más.
La segunda parte ofreció el mismo guión. Los dos equipos seguían el pacto de no agresión y, por no haber, no había ni sustos. Lo más celebrado por la parroquia local fue la entrada de Jordi Xumetra en sustitución de Cani. El centrocampista es de la tierra y exjugador del club catalán y la grada le mostró su cariño. El primer y único saque de esquina del partido llegó en el minuto 67 y el Girona lo sacó buscando un remate en la frontal, que no encontró destinatario.
La primera intervención de Bono fue en el minuto 70, que tuvo que despejar de puños una falta botada por Lanzarote que buscaba la cabeza de Marcelo Silva en el punto de penalti. El partido agonizó sin mucha más historia. Machín premió a sus veteranos dejándoles participar de la fiesta desde dentro. La fiesta de las gradas tapó todo lo demás. El Girona sube a Primera y el Zaragoza pone fin a su pesadilla ante un equipo que podría ser un buen espejo en el que mirarse.
 

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