El camino de Cezary Wilk

El centrocampista polaco del Real Zaragoza se ha dejado ver en las instalaciones de la carretera de Valencia después de su última intervención quirúrgica. Wilk, que recayó nuevamente de su lesión en la rodilla, ha pisado el césped acompañado de Ubieto y con un aparatoso apósito en la zona en la que fue intervenido hace apenas diez días.

Cezary Wilk conoce bien el camino. El que conduce desde el gimnasio hasta los vestuarios de las instalaciones de la Ciudad Deportiva y viceversa, un camino que para su desgracia ha tenido que recorrer en más ocasiones de las deseables. La última ha tenido lugar en la mañana del lunes, en la que acompañado por Andrés Ubieto, ha recorrido los escasos metros que separan la zona del gimnasio y la del vestuario.
A buen seguro no será la última. El jugador zaragocista fue intervenido por tercera vez en su rodilla derecha desde que llegó a la capital del Ebro, un auténtico calvario que parece no tener fin. Sin embargo, tanto sus compañeros como el actual entrenador del Real Zaragoza, un César Láinez que sabe y mucho de problemas de rodilla, apostaron por la continuidad de Wilk en el equipo. Una renovación que hablaría a las claras de un intento por devolverle la grandeza a un club que durante años perdió su identidad.