¡Ave, César!

En cinco partido, un hombre de la casa a hecho olvidar de un plumazo a otro aragonés. Raúl Agné es historia, y no solo por su inmovilismo, también por los números. Ahora el hombre de moda es César Láinez. Un aragonés de verdad. Un hombre de la casa que, en cinco encuentros con el Real Zaragoza todavía no sabe lo que es perder. Encadena una racha de tres victorias y dos empates que han dejado (casi) sellada la salvación. Quizá se pueda pensar en algo más... O quizá ya sea imposible...

Pequeños cambios en el equipo le han hecho ser un valor seguro. En su primer partido en Elche, con el mismo once que ha jugado esta tarde en Anduva, goleó en el Martínez Valero a los ilicitanos. En una primera media hora para el recuerdo, el Real Zaragoza se adelantaba en el marcador por 0-3. El marcador no se movería en la segunda parte y, además de ganar con contundencia, su equipo no encajaría gol. 
En la siguiente jornada acudía a La Romareda un hueso duro de roer. El Valladolid se adelantaba primero en el marcador, pero el Zaragoza empataba rápido. Tuvo, incluso, opciones para sumar una victoria. También para perder el partido. Lo mismo ocurría la semana siguiente en Almería, en un duelo directo por esa carrera por la salvación. Láinez empataba en territorio andaluz después de haber ido ganando 0-2. Pudo ser mejor, sí... Pero también pudo ser peor. 
Pero a la hora de la verdad, Láinez ha demostrado solvencia y efectividad. Dos encuentros a vida o muerte en dos semanas, ante Mallorca y Mirandés, y dos victorias. Por la mínima, dejando segundas partes no demasiado buenas, sí. Pero la efectividad del preparador aragonés ha sido patente, dejando seis puntos de oro que, prácticamente, certifican la salvación en Segunda. Un hombre que, hasta el momento como entrenador del primer equipo, no conoce la derrota. Por todo ello... ¡Ave, César!