Después de abandonar el campo acompañado por los servicios médicos del Real Zaragoza, la gran preocupación en la primera sesión de entrenamiento de la semana era saber si Jorge Pombo estaría disponible para un César Láinez que ya desde la rueda de prensa posterior al partido quiso tranquilizar a la afición blanquilla.
Y es que el técnico zaragozano es el gran valedor de Pombo, al que conoce perfectamente tras el paso de ambos por el Deportivo Aragón. Quizá por eso, y porque se pudo ver al jugador celebrar la victoria ante el RCD Mallorca, pese a una ostensible cojera y al hielo en la rodilla, las palabras de Láinez aliviaron notablemente a la parroquia zaragocista, que sufrió al ver retirarse a uno de los jugadores más destacados del equipo en las últimas fechas.
Inmejorable noticia pues, la de ver al centrocampista aragonés en la sesión de entrenamiento del lunes en la Ciudad Deportiva, trabajando como uno más, al mismo ritmo que sus compañeros y con la satisfacción de ver como el Real Zaragoza levanta cabeza y se aleja un poco más de las posiciones de descenso.