La reconversión de José Enrique
La llegada de César Láinez al banquillo del Real Zaragoza ha traído consigo una serie de cambios en la composición del once inicial. Los más llamativos son la entrada en el equipo titular de jóvenes valores como Pombo o la vuelta a la portería de Ratón pero, si ponemos la lupa en la defensa, encontraremos un intercambio de posiciones muy peculiar. José Enrique, quien había actuado durante toda su carrera deportiva como lateral izquierdo, incluso en ocasiones como interior zurdo, ocupa ahora el centro de la defensa.
Ante el Elche, el valenciano se estrenó en el eje de la defensa, intercambiando la posición con Cabrera, que pasó al lateral. Su corpulencia física y su contundencia a la hora de defender hacen que sea un perfil idóneo para ocupar el puesto de central. Además, tras la lesión, el '19' zaragocista dio muestras de no estar al 100% físicamente, por lo que su presencia en una posición tan exigente en el esfuerzo como es la de lateral empezaba a afectarle en su rendimiento, especialmente a la hora de sumarse al ataque.
Su llegada al centro de la zaga sentó bien al equipo. Contra el conjunto del Martínez Valero el Zaragoza logró dejar la puerta a cero, mientras que contra el Valladolid Álvaro Ratón sólo encajó un tanto. Una mejora defensiva en la que participó todo el equipo, pero en la que José Enrique también tiene buena parte del mérito. El ex del Liverpool se mostró muy seguro en ambos partidos, otorgando pocas concesiones al rival y sacando la pelota con criterio.
El lateral valenciano fue una de las incorporaciones más destacadas este verano. Sorpresiva a la vez que ilusionante, su llegada apuntalaba una defensa en la que la experiencia no era la protagonista. Con una trayectoria de diez años en la Premier League, siendo titular destacado durante tres temporadas en el Liverpool, aterrizaba en tierras aragonesas con la vitola de dueño del carril izquierdo. Pronto se hizo con ese puesto, en donde Casado jamás rindió como se esperaba. En apenas tres semanas desde su llegada, José Enrique se convirtió en un fijo en el lateral izquierdo, hasta que una rotura del sóleo le apartó de lso terrenos de juego durante dos meses.