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Es Noticia
Real Zaragoza
0-2
Girona

Areces y los fallos defensivos desactivan al Real Zaragoza

Chesus Santamaría

Primer partido del año 2017 en La Romareda y la misma historia de muchas jornadas anteriores. Fallos atrás y un árbitro nefasto. La tarde comenzó con un Real Zaragoza dispuesto a aprovechar la victoria conseguida en Vallecas. Agné volvió a hacer variaciones sobre el once y apostó por poner a un delantero, dio continuidad a Xiscu y volvió a contar con Lanzarote. Valentín fue titular con apenas cuatro entrenamientos, lo que demuestra la importancia de su fichaje.

El Real Zaragoza salió a por todas con una buena presión que permitía recuperar balones muy rápido por lo que la posesión fue casi siempre de color local. El centro del campo encontraba huecos entre la tela de araña que monta el Girona con un sistema en el que acumula hasta seis jugadores en la zona medular. Fruto de esas combinaciones, llegaron las ocasiones locales. La primera una de Xiscu que disparó alto a los 17 minutos y, la más clara, una galopada de Ángel que acabó con el balón en la cruceta. Entre tanto, varias combinaciones interesantes entre Cani y Lanzarote dejaban claro quién mandaba en el campo.
 Ese fútbol no era suficiente para llegar con mucho peligro, pero neutralizaba claramente el fútbol peculiar que proponen los gerundenses. El Zaragoza atacaba en estático y a la contra y solo esperaba alguna acción acertada para inaugurar el marcador. Estaba siendo mejor que su rival.
El Girona salió mejor que el Real Zaragoza. Los locales se vieron superados por la salida catalana y además sufrieron en varias acciones. A destacar, un disparo de Sandaza, un remate de Granel y alguna otra indecisión de Irureta y Cabrera, que no supieron rematar los arietes del conjunto catalán.
Los de Agné necesitaban reencontrarse y el técnico probó con dar entrada a Xumetra, que volvía al equipo tras más de tres meses de lesión. El sustituido fue Lanzarote, algo que nunca gusta mucho en La Romareda. Al menos, el cambio frenó el ímpetu del rival. También entro Dongou por Xiscu. Se pasaba a jugar con puntas natos.
En el minuto 68’ llegaba la jugada más desgraciada del partido. José Enrique sacaba mal de banda, Ros hacía falta en una zona peligrosa, el lateral caía lesionado y a la salida de la falta llegaba el gol del Girona. El tanto fue una lección de pizarra de Machín y el enésimo fallo en la marca de un Cabrera cada vez más despistado. Un horror.
Minutos más tarde llegó el show de Areces Franco. El árbitro cántabro no señaló un claro penalti de Ramalho sobre Ángel y expulsó a Cani en una acción con balón dividido y precedida de un agarrón sobre el centrocampista de Torrero.
El Zaragoza aún tuvo reaños para buscar el empate con un jugador menos, pero no pudo inquietar a René. El Girona mató el partido en una contra que culminó Alcaraz. Así se acabó un partido con dos cosas claras: atrás sigue habiendo problemas y los árbitros no aciertan con el Zaragoza.
 

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