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Es Noticia

Así fue 2016 (II): Del cielo, al infierno

ElDesmarque

En esta segunda entrega que sirve para resumir lo sucedido en 2016 en el seno del Real Zaragoza nos ocupamos del periodo que va de abril a junio, del resurgir del equipo, que alcanza incluso el tercer puesto de la competición, hasta la debacle de Palamós, que acaba de hundir el ánimo de la afición zaragocista.

Abril – En esa suerte de esquizofrenia sufrida por el Real Zaragoza durante el presente año, el mes de abril comenzó con un nuevo varapalo. Tras la dolorosa derrota que cerró marzo (0-3 ante el Girona), el primer encuentro del nuevo mes supuso otro golpe de realidad. El equipo de Carreras volvía a caer, en esta ocasión ante el Elche y las dudas se acrecentaban nuevamente.
Sin embargo, el equipo supo sobreponerse a la situación y reaccionar con tres victorias consecutivas. La primera dejó como sello la sorprendente faceta goleadora de Dorca, que anotó los dos tantos ante el Mallorca. La segunda, en Pucela, se convirtió en la excepción hasta la de Vallecas como la última victoria del equipo lejos de La Romareda. Y la tercera, ante el Alcorcón dejó al equipo tercero, a tres puntos del segundo y cinco del líder. La ilusión volvía a dispararse.
Mayo – Llegaba la hora de la verdad. Un mes en el que se disputarían seis de los últimos siete encuentros de la competición y que comenzaban con un empate ante la Ponferradina que se encargaría de enfriar los ánimos. La incapacidad para superar a un equipo que se encontraba luchando por evitar el descenso (acabó en 2ªB) dejaba peores sensaciones de las que se desprendían del resultado. Se ganó después al Bilbao Athletic, en lo que debía ser poco más que un mero trámite, pero el ambiente comenzaba a encontrarse enrarecido.
Uno de los puntos calientes del final de temporada se vivió en Soria. El derbi del Moncayo se puso pronto de cara, un 0-2 que cambió radicalmente con la expulsión de Dorca. El equipo aragonés no pudo mantener la ventaja y acabó empatando en lo que suponía el principio del fin. Obviamente, no se sabía por entonces, pero la distancia que otorga el tiempo permite encontrar en Los Pajaritos el punto de inflexión que hizo al equipo entrar en barrena.
Una sensación que se agudizó con la derrota por la mínima ante el Nàstic en otro encuentro extraño en el que los catalanes aprovecharon el mismo penalti que Lanzarote falló. Y para remate, la SD Huesca con uno menos durante más de medio partido lograba rascar un empate que dolía tanto por la situación como por el rival ante el que sucedía.
No todo iba a ser malo. El mes finalizó con victoria ante el Real Oviedo que mantenía al equipo en una buena situación clasificatoria, 4º con tres puntos de ventaja sobre Osasuna, que por entonces quedaba fuera de la promoción. Pero las sensaciones no eran buenas para encarar el último partido de la temporada.
Junio – Mucho se ha escrito y se escribirá sobre el último encuentro de la temporada 2015-16 para el Real Zaragoza. En Palamós, el equipo blanquillo escribió una de las páginas más negras de su historia al caer por un sonrojante 6-2 ante un equipo descendido a 2ªB, dejando una lamentable imagen, un buen número de jugadores señalados y a la afición aragonesa desolada como hacía tiempo que no se recordaba. La campaña acababa de la peor manera, con un ridículo histórico que trascendió el partido y dejó al conjunto aragonés fuera de la promoción.
Tras lo sucedido en tierras catalanas, el club trabajó en una especie de amnesia colectiva que comenzó con el presidente, Christian Lapetra, ahondando en las ya conocidas dificultades económicas siguió con una declaración de Juliá para aventurar las nuevas líneas en el área deportiva, trajo a Luis Milla como nuevo entrenador y se cerró con la multitudinaria vuelta del mesías, Alberto Zapater, en una cadena de acontecimientos que trataron, sin excesivo éxito, de hacer olvidar lo sucedido en el césped, apenas quince días antes. Y precisamente el verde trajo un nuevo castigo para el equipo blanquillo, que vio como su filial se mostraba incapaz de superar al Palencia en la fase de ascenso a la categoría de bronce ante una Romareda expectante.

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