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Es Noticia
Rayo Vallecano
1-2
Real Zaragoza

Los Reyes Magos de Vallecas traen la primera victoria a domicilio

Chesus Santamaría

Agné planteó un partido en el que primaba la solidaridad del equipo y para ello había que ser generoso en la presión y en el repliegue defensivo. Quizá por eso, Lanzarote se quedó en el banco y apostó por el esfuerzo de Dongou, que volvía a ser titular desde su lesión. Y así fue como se mostró el equipo aragonés en la primera media hora del partido. La pelota era de los visitantes y las acciones más peligrosas se daban en la portería de Ganzzaniga.

 
Sin embargo, no se pueden contabilizar muchas llegadas claras. Alguna combinación entre los mediapuntas y Ángel y tres galopadas de Xiscu, que no tuvieron premio, fue el escaso balance ofensivo de los de Agné. Poco a poco, el Rayo se fue desperezando y encontró el camino para atacar. Baraja volcó el juego por la banda de Cani e Isaac y algún centro de Moreno puso en algún apuro a los zaragocistas. Irureta, muy seguro, y Marcelo Silva, evitaban cualquier susto de mayor calado.
Los últimos diez minutos no pintaban bien para el Real Zaragoza. No se pasaban apuros, pero había que recuperar la pelota. Volvió a producirse la presión y en un par de acciones hubo opciones de llegar con peligro. Primero con una contra en la que Cani habilitó a Dongou y después en una falta en la que Cabrera fue agarrado dentro del área y el árbitro no quiso pitar nada. El empate al descanso era justo.
El Real Zaragoza salió bien en la segunda parte. Ordenado, sólido –como pedía Agné en la semana- y con las ideas claras a la hora de atacar sin asumir riesgos. Eso hacía que se controlara el partido, pero no había muchas acciones peligrosas. El Rayo sin embargo sí que se estiraba y hubo una ocasión muy clara en las botas de Javi Guerra que no acabó en gol de milagro. El delantero superó a Irureta, pero su disparo se fue al lateral de la red.
El encuentro entró en una fase de zozobra, de mucha alternancia en el dominio de la pelota. Pero el Zaragoza emitía un mejor tufillo. Y entonces llegaron los Reyes Magos adelantados a Vallecas. Primero fue el portero Gazanniga el que regaló un gol increíble. El balón le pasó por debajo a una velocidad de tortuga mientras todo el mundo se pregunta que qué hacía.
Con ese presente inesperado, el Zaragoza se dedicó a tocar. Hasta que las ganas de Xiscu se tradujeron en un penalti a la hora de pelear un balón perdido para muchos otros futbolistas. Arias López fue un poco riguroso y Ángel hizo el décimo gol de su cuenta particular para conseguir la primera victoria fuera de casa.

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