Juliá vuelve a jugársela

Otro entrenador con el sello del director deportivo del Real Zaragoza. Raúl Agné aterriza en la capital del Ebro con Narcís Juliá como principal valedor y con la presión añadida de corresponder a la confianza que se le brinda en una situación más que comprometida. En cualquier caso, una arriesgada apuesta de Juliá que le puede elevar a las alturas o ser su sentencia.

Dos apuestas en firme fallidas y una confección de plantilla que está generando muchas dudas en lo que va de temporada. Argumentos suficientes para que la decisión tomada por el director deportivo con Raúl Agné sea la gran prueba de fuego para el futuro de Narcís Juliá en el club aragonés. El perfil vuelve a adaptarse al estilo que el director deportivo quiere.
Sucedió el pasado curso con la llegada de Lluis Carreras. Técnico joven, con posibilidad de aprovechar un gran escaparate, conocido perfectamente por él y de la escuela Barça. Sin embargo, el Real Zaragoza se estrelló en la recta decisiva del campeonato con un triste final en Palamós ante el Llagostera con el que Carreras se despedía de la casa zaragocista.
La siguiente decisión en la obligada regeneración era la apuesta por un Luis Milla que también cumplía varios requisitos. Tras un comienzo esperanzador en el que el equipo blanquillo llegó a estar en zona de ascenso directo, los malos resultados terminaron condenando al técnico turolense. La de Raúl Agné parece la última bala de un Narcís Juliá que ya se las ha visto con el Consejo por algunas decisiones.
La confianza en el nuevo entrenador aragonés es absoluta, pero el margen de error brilla por su ausencia. Cada movimiento de Agné estará observado con lupa y los resultados tendrán que ser casi inmediatos. Presión de saber que no se puede fallar y que la primera prueba tiene lugar en tres días. La UD Almería espera el sábado con intención de pescar en río revuelto.