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Nástic
0-0
Real Zaragoza

El miedo puede al fútbol en Tarragona

Chesus Santamaría

Luis Milla presentó en Tarragona a un equipo con cierto tufillo defensivo. Muchos centrocampistas y doble lateral en la banda derecha. Lanzarote jugaba por dentro con Barrera y Ros desplazado a la izquierda. Demasiadas readaptaciones para cubrir la baja de Xumetra.
El inicio fue zaragocista. Sin ocasiones, pero con la posesión de la pelota. Pero pronto se fue alternando el dominio y el Nástic pasó a ser el que mandaba en el partido. Había más temor que fútbol en ambas escuadras y eso hacía que tampoco se corrieran riesgos. Los porteros apenas tuvieron que intervenir.
Ángel tiró desde fuera del área un balón mordido y Valentín obligó a despejar a Irureta un centro lateral. Poco más. La defensa zaragocista abusaba del patadón y la presión adelantada no era tan efectiva como otros días. Lanzarote era mucho menos desequilibrante en la mediapunta que lo que suele ser en banda y ahí se ahogaba el Zaragoza ante un rival que demostraba muchos nervios.
Al filo del descanso, Areces Franco cobró protagonismo en el partido. Ángel es objeto de una falta intentando sacar el balón, pero el árbitro no la pitó. El Nástic saca un centro y Uche se inventa una caída en la que pica el árbitro. El delantero nigeriano, exjugador del Real Zaragoza, lanzó el penalti y un Irureta que está bajo la lupa de los críticos detuvo el lanzamiento.
 El partido seguía muy trabado y el balón se movía en el centro del campo. Milla volvió a lanzar otro mensaje defensivo a su equipo dando entrada a Eriik Morán por Fran. Esa modificación obligó a hacer un dibujo 4-4-1-1 con Barrera por detrás de Ángel y Lanzarote en la derecha. En su demarcación más habitual, el catalán volvió a sacar su zurda a pasear. Un disparo suyo fue la mejor ocasión de su equipo obligando a Saja a lucirse con una parada a mano cambiada.
Las ocasiones llegaban por fin al Nou Estadi. Ángel fue el primero que estuvo a punto de marcar con un cabezazo a centro de Javi Ros. En el área contraria, Bouzón también tiro fuera un remate muy franco. Sin embargo el encuentro estaba marcado por el temor y Milla volvió a demostrarlo dando entrada a Pombo con órdenes de mantener el equilibrio.
Así daba este partido sus últimos coletazos. Con dos equipos sin mucha ambición. La necesidad del Nástic hacía que estuviese más el balón en el campo del Real Zaragoza y eso en el fútbol nunca es bueno. Pero así se acabo el partido. Con empate a nada.

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