Fracaso en la gestión deportiva de la Fundación

La Fundación Zaragoza 2032 debe marcar el futuro de la entidad en un corto espacio de tiempo después de consumarse el desastre de Palamós que significa la cuarta temporada en Segunda. El escenario de permanecer en esta categoría ya se lo habían planteado los patronos, pero después del ridículo histórico vivido ayer la afición espera que se depuren responsabilidades entre los dirigentes del club que han fracasado con su proyecto.

 
La Fundación ha hecho una gran labor en el capítulo económico reduciendo deuda y cumpliendo con los requisitos de la LFP. Los nuevos gerentes también han conseguido recuperar el prestigio social de la entidad. Pero su gestión deportiva ha sido un absoluto desastre en las dos temporadas que llevan al frente del equipo aragonés.
Todos los patronos están de alguna forma involucrados en las decisiones finales que se toman en todos los ámbitos de la actualidad de la SAD. César Alierta es el que menos aparece, pero ha delegado en su sobrino, Saiz de Varanda, que es el representante del Zaragoza en la Liga. Juan Forcén también huye de los focos, pero es partícipe en ese segundo plano de todo lo que acontece en el club. La familia Yarza tiene mucho más peso en todas las decisiones y su papel es más directo en la gestión.
Por último, Carlos Iribarren aparece como el patrono más involucrado en la gestión deportiva. Su decisión de poner a su amigo personal, Ranko Popovic, como entrenador. El cese inesperado de Martín González y otra serie de situaciones complejas vividas estos dos cursos, sitúan a Iribarren en el foco de las críticas.
Durante la reciente visita a las nuevas instalaciones de la Ciudad Deportiva, Iribarren aprovechó la presencia de la mayoría de periodistas para lanzar un mensaje claro: “Estamos igual o más cerca de la desaparición que cuando llegamos”. El Consejo se reúne hoy de urgencia y mañana hará pública sus decisiones en un momento tan delicado en todos los aspectos.