"Si logramos salvarnos, el año que viene podría ser mágico"
El técnico del Real Valladolid, Sergio González, participó este viernes en Barcelona en el Séptimo Día del Entrenador, organizado por la Federación Catalana de Fútbol. El preparador repasó la actualidad de su equipo, pero también habló del tiempo que estuvo parado tras su salida del RCD Espanyol.
Las primeras cuestiones fueron orientadas al momento de forma del conjunto pucelano: "Ojalá seamos una realidad y algo constante y de mucho tiempo. Estoy contento de cómo estamos haciendo las cosas. Lo que pasó el año pasado fue mágico y este año estoy muy ilusionado porque hemos empezado por encima de lo esperado. El equipo está muy fuerte y está dando pasos agigantados. Tiene mucho poso, pero no nos podemos despistar. La clave es el grupo. Somos futbolistas de corte normal y, si alguno se despista, el bloque lo notaría".
El barcelonés tiene los pies en el suelo: "Hemos conseguido puntos antes del tiempo previsto, pero nuestro objetivo en rojo y con mayúsculas es la salvación. Si lo logramos, el año que viene podría ser mágico".
"Llegué casi a la desesperación y apareció el Valladolid"
¿Qué es lo que hizo para lograr cambiar el equipo a su llegada?: "Los futbolistas estaban expectantes y hubo un feeling especial. Fuimos con la idea de que se quitasen las piedras, que empezaran de nuevo y que fuésemos los mejores de los ocho partidos que quedaban. Miramos los puntos fuertes y dónde mejorar. Dimos con la tecla en un par de aspectos defensivos, pero todo el mérito fue suyo".
El entrenador blanquivioleta reconoció que estaba en una situación complicada cuando recibió la llamada de Miguel Ángel Gómez: "La suerte sin trabajo no existe, aunque hay que tener un poco de ella. Yo esperé dos años para esta oportunidad y, casi al llegar a la desesperación, apareció el Valladolid".
A pesar de la salida que vivió en el Espanyol, Sergio afirma que no tiene "nada que perdonar, sino todo lo contrario: solo agradecer. Me llegó la oportunidad rápida, igual apresurada. La solución fue dantesca, pero me quedo con que cumplimos los objetivos marcados. Sigo siendo abonado. Soy un perico más".
Preguntado por un futuro regreso al club blanquiazul, el míster catalán aseguró que "en el fútbol nunca puedes decir nada. Hay que estar tranquilo. Estoy muy contento en el Valladolid. A veces hay que irse fuera para que se te valore".