Este Pucela es más de los segundos platos

A falta de un gol para llegar a la treintena, el Real Valladolid tiene el lujo de presidir la clasificación de máximo goleador de LaLiga 1|2|3 hasta la jornada 15. El equipo que entrena Luis César Sampedro sale a 1,93% goles por partido, cifra muy difícil de conseguir en una categoría tan competitiva como es la Segunda División. La duda reside en saber si esas 29 alegrías se han forjado antes o después del tiempo de descanso.

El aroma, la esencia, el objetivo de todo equipo son las victorias. El ascenso de categoría se obtiene con ellas y para conseguirlo hace pan falta goles, muchos goles. En esta campaña 2017/1018 el Pucela no es perfecto, pero si algo lo caracteriza es la buena puntería que atesora. Por ejemplo, en el último partido contra el Real Oviedo, el Nuevo Estadio José Zorrilla observó tres disparos a portería. Para éxtasis de la parroquia pucelana, todo lo que fue entre los tres palos se convirtió en gol.
Seis victorias, cinco empates y cuatro derrotas en los que el gol se ha convertido en el verdadero protagonista. Muchos son los que ha recibido este Real Valladolid, 24, pero esa cifra es superada por los transformados, 29. De todo ese saco a favor, ¿cuántos se han conseguido en las primeras partes y cuántos en las segundas?. La cuenta de Twitter @LaVozDeZorrilla ofreció el dato que, ahora, analizamos en ElDesmarque Valladolid. 
Haciendo un recuento, la cifra es clara. Los chicos de Sampedro prefieren traspasar las redes rivales después del tiempo de asueto. A lo largo de los primeros 45 minutos se han materializado 12 dianas. Un 41% del total siendo los partidos frente al Sevilla Atlético y contra el Córdoba CF los más significativos con dos y tres respectivamente. Por el otro lado, 17 son las transformaciones del Real Valladolid en las segundas mitades. Un 59%. Como nota característica, los tres conseguidos en el Estadio Reino de León, otros tres ante la AD Alcorcón o los dos contra el CD Lugo y el Real Oviedo. Siempre se ha dicho que las segundas partes nunca fueron buenas, no en el caso del Real Valladolid.