Hace solo unos días, el descenso del Real Jaén a Tercera División permitía recordar que tres años atrás, en junio de 2014, un gol en el minuto 89 de Guzmán Casaseca en la última jornada permitía al Deportivo Alavés (actual finalista de la Copa del Rey) salvar la categoría en Segunda División y provocar la caída de los jienenses a Segunda B. Un año antes, el 26 de mayo de 2013, el Celta se jugó la permanencia en Zorrilla en el penúltimo partido de la temporada.
Una derrota hubiese supuesto el descenso de los vigueses, pero el triunfo (0-2 con goles de Cabral y Iago Aspas) permitió al por aquel entonces equipo de Abel Resino y del que había sido destituido Paco Herrera, llegar vivo a la última jornada. El triunfo frente al Espanyol en Balaídos y el resto de resultados otorgaron la salvación a los olívicos.
En cuatro años, las cosas han cambiado mucho. Muchísimo. El Celta disfruta en Primera de una temporada en la que han llegado a las semifinales de Copa y Europa League, donde se medirán frente al Manchester United de Mourinho. El Real Valladolid, que no se esforzó especialmente aquel 26 de mayo, deambula resignado por la Segunda División asistiendo con envidia al despegue de un equipo al que, hace no tanto, le perdonó la vida.