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Alfaro vuelve a sentirse futbolista en Córdoba

ElDesmarque

Domingo de reencuentros en el Nuevo Estadio José Zorrilla, ya que tres jugadores del Córdoba CF regresan a la que antaño fue su casa: Zakarya Bergdich, Rodri Ríos, y Alejandro Alfaro, quien vivió un auténtico calvario con las lesiones en su etapa blanquivioleta. En dos temporadas completas, el onubense solamente disputó un total de 1.062 minutos en LaLiga 1|2|3. En su primer año como jugador califa, el ex del Real Valladolid ha vuelto a sentirse futbolista y ya ha superado esa cifra de tiempo sobre el terreno de juego a falta de 10 jornadas por disputarse.

Las lesiones, la cara oscura del deporte en todos los ámbitos, son uno de esos factores aleatorios, o no tanto, que pueden marcar una carrera de manera reseñable. Alejandro Alfaro es un claro ejemplo de víctima de este factor. Llamado a ser una de las piezas clave de la etapa de Braulio Vázquez al frente de la dirección deportiva. "Nunca había tenido una lesión en mi carrera y en dos años las tuve todas. Se cebaron conmigo", admitió el onubense antes de medirse al Real Valladolid, club donde vivió en sus carnes el calvario de no poder entrenar ni disputar partidos debido a múltiples problemas físicos.

Etapa negra debido a las lesiones

Las cifras hablan por sí solas: en su primera temporada como blanquivioleta, Alejandro Alfaro disputó un total de 354 minutos en LaLiga 1|2|3, repartidos en seis encuentros. En Copa del Rey, el onubense fue capaz de jugar los 90 minutos en el triunfo contra el Sporting de Gijón (1-3) y fue capaz de anotar un gol, el primero y último de una campaña inicial para olvidar vistiendo la elástica del Real Valladolid.
Pero lo que mal empieza, mal acaba. Y Alejandro Alfaro no fue una excepción. La maldición de las lesiones no le abandonó durante su segunda temporada a orillas del Pisuerga, aunque sí pudo disputar más minutos: 708 en competición liguera y, de nuevo, 90 en la Copa del Rey con otro tanto para su cuenta en la derrota 2-1 ante el Real Oviedo. De hecho, en dicha temporada, el ahora jugador del Córdoba estuvo cuatro meses y medio en el dique seco y volvió para jugar los últimos e intrascendentes encuentros con el equipo ya salvado.
Semanas después de finalizar una temporada "lamentable", en boca del propio Alejandro Alfaro, el onubense puso fin a su tortura particular y marchó rumbo a Córdoba donde, a día de hoy, ha vuelto a sentirse futbolista después de vivir una etapa negra como profesional en las filas del Real Valladolid. Este fin de semana el Córdoba visita Zorrilla y el jugador califa podrá reencontrarse con la afición, a la que aún guarda cariño, al igual que su compañero Rodri Ríos, que ha recuperado la felicidad del gol con la elástica blanquiverde.

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