Fijo en la decepción

El 22 de julio del año 2015, Marcelo Silva fichaba por el Real Valladolid. La dirección deportiva, dirigida por Braulio Vázquez, apostaba por el central uruguayo, un jugador de experiencia en la categoría y que llegaba al club blanquivioleta tras un ascenso a Primera División junto a Paco Herrera. El bagaje de 27 partidos con el entrenador pacense en la Unión Deportiva Las Palmas, sumada a su experiencia, con ascenso incluido, en la Unión Deportiva Almería, hacía del uruguayo una apuesta importante para el Pucela. Así, el '4' se ganaba el puesto durante la triste pasada campaña en el Nuevo Estadio José Zorrilla.

 
Disputaría un total de 32 partidos y, tras el final de la temporada, fue calificado como el único jugador defensivo con aprobado. Tanto fue así que desde el club blanquivioleta se valoró, y mucho, su continuidad. El jugador parecía disponible pero diferentes detalles del mercado de fichajes le llevaron al Estadio de La Romareda. El Real Zaragoza se hacía con su fichaje por dos temporadas y, ahora, en el primero de esos dos años firmados, el uruguayo está repitiendo la historia vivida la pasada campaña de blanquivioleta.
Pese a su puesto principal, que ahora entrena César Laínez, la temporada del conjunto maño no está siendo la esperada. Los malos resultados, el mal juego del equipo y la imagen del Club han llevado al Real Zaragoza a vivir, como el Pucela la pasada temporada, dos cambios de entrenador. Pese al constante movimiento de banquillo, Marcelo Silva sigue siendo intocable. Es un jugador fijo dentro de la decepción constante que es el camino de sus equipos en los dos últimos años.

19 victorias en 57 partidos

Pese a que el defensa uruguayo no haya generado ninguna duda en ninguna de estas dos etapas, los datos que deja su participación tanto en el Real Valladolid como en el Real Zaragoza son cuestionables. La situación es así porque el defensa ha participado en las mismas derrotas que victorias en este tiempo. De los 57 partidos disputados en estas dos últimas temporadas, 32 de blanquivioleta y 25 de blanquillo, sólo en 19 se ha conseguido la victoria. La cifra es la misma en cuestión de derrotas.
Así se demuestra la triste realidad que está viviendo el jugador uruguayo. Un futbolista que llegaba, tanto a Zorrilla como a La Romareda, con la ilusión de conseguir victorias, pero que se ha encontrado con una tristeza tal como para ser dirigido por seis entrenadores diferentes en apenas 20 meses.