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Es Noticia
Real Valladolid
0-4
Levante U.D.

Paseo del líder, ridículo del Pucela

Chus Rodríguez

Las calculadoras no fallan y retratan la realidad. El Levante UD, inapelable líder de LaLiga 1|2|3, sacó los colores al Real Valladolid en su casa. El Nuevo Estadio José Zorrilla era el único reducto que le quedaba al Pucela para presumir de algo en la presente temporada. Ni eso puede hacer. El fortín que pretendía Braulio Vázquez lleva tres jornadas consecutivas sin ver a su equipo ganar, y la cosa pinta fea. Los de Juan Ramón López Muñiz dieron una lección de liderazgo, solvencia, solidez y madurez. Un equipo hecho y derecho, todo lo contrario que este Valladolid. El vestuario gritó durante la semana que el encuentro de la Jornada 29 supondría un punto de inflexión. Desgraciadamente, puede que termine siendo así. 

 
El Real Valladolid ofreció ocho minutos de esperanza. De voluntad y fluidez. Con tímidos acercamientos, Zorrilla se animaba y veía cómo su equipo plantaba cara al mejor equipo de la Segunda División. Al menos en números. Porque el Levante se agazapó con sangre fría y se fue metiendo en el partido sin ningún tipo de prisa. Cuando la superioridad visitante era latente, que no patente, Roger Martí se fue al suelo ante Pau Torres tras un balón largo en el que el portero estuvo pardillo y lento. El exblanquivioleta, ya sin opción de disputar la pelota, probó suerte. Puso todo de su parte para irse al suelo y encontró complicidad en David Medié Jiménez. Roger, héroe cuando el speaker cantó las alineaciones, pasó a ser pitado cada vez que recibía el balón. Transformó el penalti y el 0-1 hirió de muerte al Real Valladolid.

Como un equipo pequeño

Si alguien quiere cargarse al Levante está casi obligado a ponerse por delante y, casi como si lo supiesen, los jugadores del Pucela se derrumbaron. Lejos de irse a por la remontada, dieron un paso atrás y los valencianos sacaron pecho y desplegaron sus cualidades. Todo es más fácil con el viento a favor. Cuando estás de dulce te sale todo. Podrían ser dinámicas, pero la del Levante es eterna esta temporada y la del Real Valladolid también. Evidentemente, no tienen nada que ver la una con la otra.
Quedó demostrado en el segundo gol de los de Muñiz. Muy posiblemente, Postigo no sabrá explicar si buscaba tirar, centrar o qué narices quería hacer. Es probable que Pau Torres tampoco sepa qué intentó para terminar hundido en la red con el balón dentro. Entre golazo y churro. Para el Levante, gloria; para el Pucela, la condena. En realidad no hubo más partido por mucho que el Real Valladolid lo disimulase durante el segundo tiempo. O al menos en los primeros minutos. Un par de internadas de un egoísta Jose Arnáiz pudieron meter a los de Paco Herrera en el partido, pero José Luis Morales se encargó de apagar cualquier llama con el tercero. El cuarto lo hizo Jason Remeseiro.

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