La claridad de Míchel

En verano, la llegada de Míchel Herrero fue una negociación muy dura. El Real Valladolid tuvo que trabajar mucho y durante varias semanas para incorporar al centrocampista valenciano. Desde los primeros contactos hasta la oficialidad del fichaje transcurrió más de un mes. Braulio Vázquez sabía que el '21' tenía un hueco en los planes de Paco Herrera y el director deportivo trabajó sin descanso para conseguir el refuerzo que, por fin, se cerraría el 17 de agosto tras una larga negociación. El jugador firmaba tres temporadas con el objetivo de liderar el juego ofensivo del Pucela. No era una tarea fácil pero el jugador, poco a poco, lo está consiguiendo.

 
Pese a que tras la victoria (2-1) ante el Rayo Vallecano el propio futbolista afirmaba que no estaba del todo contento por el partido disputado, sobre todo, en los primeros 45 minutos, la actuación del de Burjasot roza la excelencia al asistir en los dos goles anotados por el equipo. Los tantos de la remontada, que llevaron la firma de Jose Arnáiz y Juan Villar, salieron de los pies de Míchel. En el momento en el que los pucelanos tenían menos claridad y lucidez, supo ser el faro blanquivioleta y guiar al conjunto pucelano hacia esa remontada que tanto necesitaba.
El factor que supuso la actuación del jugador muestra la calidad de un futbolista que desde el principio tenía que ser diferencial y único pero que dadas las limitaciones físicas con las que aterrizó en el Nuevo Estadio José Zorrilla le ha costado llegar a ese punto alto que mostró en el segundo acto del duelo ante los de Rubén Baraja. El equipo supo acomodarse con el mediocentro y él, adueñado del campo rival, donde actuó en todas las zonas, supo marcar las pautas diferencias del equipo. Lideró la remontada y asistió en los dos goles pucelanos.

Su dominio del balón

El partido y, sobre todo, la segunda parte del '21' ante el Rayo Vallecano muestran un estilo determinado de Míchel. El valenciano quiere el balón. Lo necesita para ser diferencial y así lo está demostrando en toda la temporada. Pese a que ésta no tiene la calidad del juego del duelo ante los madrileños, las estadísticas sí que muestran datos que le definen dentro de la situación pucelana.
Míchel Herrero es el jugador que acumula más pases en este Real Valladolid. En el aspecto liguero ha realizado 1.027. Es un jugador decisivo a nivel ofensivo pero, también, en el defensivo. Acumula 121 recuperaciones y ha recibido sólo dos faltas más de las que ha hecho. Inyecta mucha presión y lidera el juego vallisoletano en campo rival. En él es determinante.
En la zona de influencia se puede ver su mejor juego. Calidad, rapidez, desparpajo, pases al hueco... Míchel no duda en asumir la responsabilidad del juego ofensivo. Con dos goles anotados y cuatro asistencias, este mediapunta de 28 años y 86 partidos en Primera División ya se ha hecho con el hueco por el que se le fichó. Aporta la claridad que se esperaba de él y así, el Pucela consigue ver el objetivo del play off más cercano.