El pasado viernes el Real Valladolid competía en el Estadio Ramón de Carranza ante el Cádiz CF. Los de Paco Herrera viajaban hasta tierras gaditanas conscientes de las dificultades del partido. Los de Álvaro Cervera, en zona de play off tras una magnífica racha, eran uno de los conjunto más fuertes de LaLiga 1|2|3 en su feudo. Mientras tanto, los pucelanos eran uno de los peores de la categoría lejos del Nuevo Estadio José Zorrilla. La diferencia era amplia pero el equipo blanquivioleta, con el tanto de Joan Jordán, se impuso (0-1) superando todos los datos de la previa.
Ahora, ocho días después, el equipo disputará un encuentro de condiciones muy similares en el Nuevo Estadio Carlos Tartiere. Éste, el feudo del Real Oviedo, es la base del equipo de Fernando Hierrro y el miedo que tiene el Real Valladolid. Los oventenses acumulan 21 de sus 29 puntos de la temporada en su estadio, aquél que deja dudas sobre el estado de su terreno de juego. Gracias a seis victorias, tres empates y dos derrotas, ante Reus Deportiu y Córdoba CF, este "rival directo" del Real Valladolid, como reconocía José Verdú, 'Toché', esta semana, tiene sus mejores números junto a su fiel afición.
Habiendo anotado en el Carlos Tartiere el 62,5% de los goles de la temporada y, por contra, haber recibido sólo el 26,5% de los goles de toda la temporada, el Real Valladolid tiene una plaza dura en la que competir. Los asturianos se hacen fuertes desde su estadio y éste no será un territorio fácil para un equipo al que le deben gustar los retos y debe mostrar la seguridad y la fortaleza de la victoria con la que cerró la primera vuelta. Los números que defendía el Cádiz CF hasta el duelo con el Pucela son muy similares a los que tiene el equipo asturiano en la actualidad y hace sólo unos días no fueron una traba para la importante victoria pucelana. Ahora, para iniciar el segunda vuelta, el objetivo es el mismo: crecer a domicilio.