Las lágrimas de Fabricio

La jornada de Champions League dejó este martes una de las imágenes más sorprendentes en el Estadio Olímpico de Kiev durante la goleada (6-0) del FC Dinamo ante el Beşiktaş JK. El cancerbero del equipo turco, Fabricio Agosto, ex del Real Valladolid, no pudo contener las lágrimas y rompió a llorar en medio del partido, fruto del dolor, la impotencia y la rabia que sentía tras encajar el cuarto gol justo antes del tiempo de descanso.

 
 Los visitantes tenían en su mano clasificarse para los Octavos de Final de la competición europea. Solo debían lograr la victoria ante el equipo ucraniano, colista matemáticamente, que no se jugaba nada y que apenas había hecho dos goles hasta ahora, pero no estuvieron a la altura y cayeron con estrépito. Finalmente SSC Nápoles y SL Benfica son los rivales de su grupo que entrarán en el bombo, mientras que los otomanos quedan relegados a jugar la Europa League como mal menor.
Fabricio recibió el primer gol en el minuto 9, aunque la debacle del Beşiktaş comenzó a fraguarse con un más que discutible penalti y expulsión del alemán Andreas Beck en el minuto 29. Tras el cuarto, el meta canario no soportó la situación y comenzó a llorar sobre el césped antes de encajar otros dos tantos más y que los suyos acabaran con nueve hombres en el terreno de juego.

Tres partidos en Pucela

Fabricio jugó 55 partidos en la Primera División española, repartidos entre el Deportivo de la Coruña, el Real Betis y el Real Valladolid, donde llegó procedente del club gallego en la temporada 2009/2010. Una campaña en la que el equipo terminó descendiendo a Segunda División.
El portero solo estuvo en el Club un año, llegando a disputar tres encuentros: dos de Copa del Rey ante el RCD Mallorca y uno de Liga ante el Villarreal CF, uno de los más polémicos de la temporada entre jugadores y afición. Pese a no disponer apenas de oportunidades, a la sombra de Justo Villar y Jacobo Sanz, el Pucela hizo efectiva la opción de compra antes de cederle al Recreativo de Huelva. Allí, el meta declaró no querer regresar a tierras vallisoletanas y la entidad blanquivioleta decidió traspasarlo al conjunto sevillano.