Míchel Herrero, por fin, entra en las rotaciones

Entre 'LaLiga 1|2|3' y la Copa del Rey, el Real Valladolid disputaba en la derrota (1-3) ante la Real Sociedad su decimonoveno partido de la temporada. Los 16 ligueros y los tres coperos dejaban un poso muy importante para Míchel Herrero. El jugador valenciano, básico para Paco Herrera hasta la fecha, no disputaba ante los de Eusebio Sacristán su primer partido de la temporada. Si hasta este encuentro era el único futbolista de la plantilla que había participado en todos los duelos, el paso txuri-urdin por el Nuevo Estadio José Zorrilla le deja en un puesto entre los mortales.

 
Mientras todos sus compañeros habían rotado y descansado en algún encuentro, sobre todo en coperos, donde la parte dura del vestuario no había viajado hasta Zaragoza en el mes de septiembre ni había participado en el duelo ante el Club Deportivo Tenerife de octubre, Míchel no se había perdido ningún partido y acumulaba ya 1.283 minutos entre ambas competiciones. Siendo el cuarto jugador de campo con más minutos disputados de la temporada, el ex de Valencia CF o Levante UD sólo está por detrás de Álex López, Luciano Balbi y Javi Moyano.
Todos ellos, ausentes en la citación de Paco Herrera para este tercer duelo copero, vieron el encuentro desde la grada. Míchel lo hizo desde el banquillo. Pudo saltar al terreno de juego pero comienza el mes de diciembre con una sensación desconocida para él. Llegar el pitido final y no haber saltado al terreno de juego era extraño tras su llegada a Valladolid pero le ha llegado esa sensación y lo ha hecho pocos días después de conocer su éxito del anterior mes.

Mejor jugador de noviembre

Tras saber de su nominación junto a otros cuatro compañeros en el Premio Mahou que elige, mensualmente, a los mejores jugadores del equipo, ha sido el de Burjasot el que ha recibido tal distinción. Sucediendo en tal premio a Jose Arnáiz, elegido en septiembre, y Álex Pérez, distinguido en octubre, Míchel Herrero ejemplifica el buen momento que viene en Valladolid. Aquel que le hacía ser indiscutible en la planificación de un partido y que, a su vez, le está llevando a vivir feliz en Valladolid, como él mismo reconocía hace pocos días.