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RV Promesas
2-1
Pontevedra CF

El Promesas gana la batalla

Jesús Pérez Baraja

Tantos partidos sin conocer la victoria pesaban, cada vez más, para un Real Valladolid Promesas que había evidenciado problemas de finalización, con un solo un gol anotado en los cinco últimos encuentros. Por eso se necesitaba una reacción. Sin prisas, pero sabiendo que cuanto antes llegara, mejor para un conjunto cuyo objetivo principal está en formar futbolistas para el Club blanquivioleta.

 
Ambos equipos tardaban en entrar en el choque. Era un disparo alto de Renzo Zambrano que se marchaba rozando el larguero el que desperezaba el juego. El Promesas perdía el miedo y comenzaba a pisar con frecuencia el área gallega. David Mayoral enviaba un mano a mano contra el cuerpo de Edu Sousa y Manel Royo probaba al portero a través de un disparo con rosca. Justo a continuación, Rai Marchán era objeto de penalti al ser agarrado de espaldas a la portería. Una pena máxima que se encargaba de transformar Higinio Marín estableciendo el 1-0.
Todo se ponía de cara para los de Rubén Albés que, por fin, habían conseguido perforar la meta rival tras la mala racha de los últimos partidos. Pero la alegría duraba poco. Un error defensivo en un corner en el que los jugadores pucelanos se quedaban demasiado estáticos, era aprovechado por Jacobo Trigo para establecer el empate a puerta vacía. Una circunstancia que no inquietaba mucho al filial, que seguía a lo suyo y, antes del descanso, disfrutaba de la opción de adelantarse de nuevo en las botas de Higinio; primero, con un cabezazo y, más tarde, con un remate a las manos del guardameta.

Errores que pudieron costar caros

En la segunda mitad, las fuerzas se equilibraban. Aunque Iván Martín asustaba al conjunto de Pasarón en los primeros instantes, fueron los visitantes los que tenían las mejores ocasiones para deshacer la igualada. Dos nuevos fallos en defensa ponían las cosas muy fáciles a Jacobo Trigo y a Mario Barco, que se entretenían en demasía ante Dani Hernández y eran incapaces de depositar el balón en las redes. El partido había virado del blanquivioleta al granate pero, curiosamente, eran los locales los que volvían a marcar. Y, otra vez, lo hacía Higinio de penalti, por una mano muy inocente de Miguel Loureiro, al que el colegiado Villoria Linacero perdonaba la segunda amarilla.
De ahí al final, el partido se embarullaba. El juego se perdía entre faltas y tanganas por parte de ambos equipos, que el árbitro madrileño no sabía parar. Los pontevedreses protestaban airadamente un gol anulado por fuera de juego y los últimos minutos se convertían en una batalla por una victoria que, finalmente caía del bando vallisoletano.

Polémica en sala de prensa

La tensión tenía prolongación en las declaraciones pospartido con un Luisito Míguez muy enfadado con la actuación del árbitro y los jugadores del Promesas, y un Rubén Albés que no se quedaba callado ante las palabras del entrenador del Pontevedra CF y que anteponía los merecimientos de los suyos para conseguir tres puntos que permiten al filial llegar hasta los doce y sacar la cabeza de la zona peligrosa.

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