Es Noticia
Racing de Santander
2-1
RV Promesas

Aquino hace justicia

Jesús Pérez Baraja

Un gol rozando el tiempo añadido siempre suele dejar mal sabor de boca en el equipo que lo recibe. No es que esta vez sea una excepción, pero se puede decir que no dolió tanto después de asistir al bombardeo al que sometió el Racing de Santander al Real Valladolid Promesas durante todo el partido. El tanto y la remontada era más que justa. No hay más. Aunque el filial estuviera a punto de llevarse algo positivo de los Campos de Sport de El Sardinero.

El conjunto local salía a por todas desde el inicio, dominando total y absolutamente el encuentro. Con una gran presión en la zona de ataque, los cántabros ahogaban a los pucelanos, que eran sorprendidos una y otra vez. La pelota no les duraba nada en su poder y cada pérdida se convertía en peligro.
Las ocasiones no se hacían esperar. Dani Aquino disponía de la primera, César Díaz encontraba el palo en un centro-chut, Samuel Llorca erraba dos claras tras sendos saques de esquina... Eran los mejores minutos del Racing en lo que va de temporada. Álvaro Peña fallaba la enésima desde la frontal del área pequeña y Dani Hernández no daba abasto. El portero salvaba como podía las que no iban fuera. Un auténtico vendaval.

Festival de oportunidades cántabras 

La primera parte avanzaba y al Racing le era imposible mantener el fuerte ritmo inicial. Los cántabros, muy superiores, bajaban la guardia y se encontraban con algo inesperado. Sergio Camus fallaba en la banda y permitía centrar a Manel Royo. El lateral enviaba un preciso pase para David Mayoral, que establecía el 0-1. Era el primer gol que recibían los de Ángel Viadero en casa. Ver para creer.
Los cántabros volvían a la carga en el segundo periodo. Samuel lo rozaba a balón parado, Mohamed Coulibaly, recién ingresado al terreno de juego por un desdibujado Caye Quintana, la tenía de cabeza y la defensa blanquivioleta salvaba bajo palos varias ocasiones del Racing. Nadie se explicaba por qué el balón no acababa dentro de la red de la meta de un Dani Hernández que se convertía en la figura del duelo. El vendaval ya era huracán.

La remontada se hizo esperar

A medida que se acercaba el final, los nervios se apoderaban de la grada, que veía cómo su equipo era incapaz de materializar todo lo que generaba. Parecía que no quería entrar pero ya era demasiado. Un centro de Borja Granero era rematado por Coulibaly, primero, y por Aquino, después. A la tercera iba la vencida y el exjugador del Pucela lograba el empate.
Sin tiempo que perder, el conjunto santanderino apuraba sus opciones de conseguir la victoria y, después de dos oportunidades más para Mikel Santamaría y Samuel, que salvaba Dani Hernández bajo palos, y un gol anulado por fuera de juego al autor del primero, llegaba la remontada al borde del tiempo añadido. De nuevo, Aquino, esta vez de cabeza a centro de Óscar Fernández daba la vuelta al marcador entre el estallido de El Sardinero. Era justo. No había vuelta de hoja. Aunque estuvo a punto de rascar algo, el Promesas se pudo llevar un carro. Eso sí, en un partido de los que curten.
 

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