Qué poco ha cambiado la situación pucelana

El Real Valladolid recibe este sábado al Albacete Balompié en una mala situación. Con seis puntos de distancia sobre la zona de descenso, los de Alberto López vivirán el partido con la presión de saber que tienen que puntuar. No tienen otra opción. Esta sensación no es nueva en el equipo blanquivioleta y menos cuando se enfrentan al equipo manchego. En la primera vuelta, cuando en la jornada 17 se enfrentaban manchegos y pucelanos en el Carlos Belmonte, la situación vallisoletana era agónica. Ahora, cinco meses después, no ha cambiado tanto. Tristemente, la realidad del miedo sobre el descenso a Segunda División B es la misma.

 

Sensación real

El miedo del descenso está muy vivo en el equipo pero no más que en el último enfrentamiento entre ambos. El pasado 13 de diciembre el Pucela llegaba hasta Albacete con la necesidad de sumar. Su puntaje en aquel momento era de 18 puntos, sólo dos por encima del descenso que marcaba la Sociedad Deportiva Huesca. Con aquellos tres puntos, el Pucela se distanciaba de la zona peligrosa con un margen de cinco, uno menos que en la actualidad.
Pese a que tras aquella victoria el equipo reaccionó y firmó la mejor racha de la temporada con solo una derrota en 11 partidos, las últimas semanas en el Estadio José Zorrilla han sido catastróficas. La ya histórica racha de dos puntos de los últimos 21 posibles ha dejado al equipo, nuevamente, al borde del peligro. En esta visita ante los albaceteños se juega muchos de sus intereses futuros. Perder podría acerca al equipo de Aberto López a menos de un partido del descenso. Ganar le ayudaría a decir adiós a muchos de los fantasmas de la categoría de bronce.
Buscando esa despedida, la realidad del Real Valladolid es complicada. En cinco meses de competición y con el mercado invernal de por medio, el equipo solamente ha conseguido aumentar la renta con el descenso en un mísero punto. Pese a todo lo vivido, con grandes alegrías como la victoria (2-4) ante el Real Oviedo, la realidad que se vivió en los primeros meses de Miguel Ángel Portugal en el banquillo pucelano no ha cambiado tanto cinco meses después. Que se lo digan a Alberto.