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Cuando el Zaragoza escuchó "Rubi vete ya"

Ángel Velasco B.

El Real Zaragoza visita este sábado (desde las 20:15 horas) el estadio José Zorrilla. Lo hace con la necesidad de confirmar la mejora mostrada ante el Mallorca el pasado fin de semana y con el recuerdo muy presente de su última visita al feudo blanquivioleta. Recordar ese partido significa hablar de un encuentro bien disputado por el Real Zaragoza y que alimentó sus opciones de jugar el play-off, como haría finalmente, y que casi le lleva hasta Primera división.

 
Pese a que el pasado 24 de mayo Óscar González adelantaba a los blanquivioleta con un gol de penalti en el minuto 39, el juego pucelano no fue bueno. El Real Zaragoza llevaba el poder, el mando y la manija. Durante la segunda parte se confirmó y tres goles aragoneses, firmados por Borja Bastón, Eldin Hadzic y Wiliam José provocaban la remontada y un momento trágico para el entonces entrenador blanquivioleta. Con los dos últimos goles zaragocistas, aquellos que confirmaron su victoria, el estadio José Zorrilla estalló unánimemente en su grito "Rubi vete ya". Tal cántico, escuchado durante muchos tramos de la temporada, se hizo casi totalitario al finalizar el partido ante el equipo que dirigía Ranko Popovic.
Así, mientras los maños escalaban posiciones en su inercia positiva para llegar al play-off de ascenso, el Real Valladolid agonizaba en su ilusión y enterraba, ya no las opciones de ascenso, sino las de ilusión por un equipo que terminaría en quinta posición, con una ventaja de 12 puntos sobre el séptimo clasificado pero que cerró la campaña con dos derrotas consecutivas en su estadio.

Progresivamente

El hoy entrenador del Levante fue bien valorado en un inicio en Valladolid. Puso el nivel de ilusión muy alto y, poco a poco, lo fue perdiendo. Incomprensiblemente el entorno dejaba de confiar en él de forma progresiva. Con sus fallos, pero con una dedicación altísima, la forma de cuestionar al preparador catalán fue excesiva. La afición dejaba de creer en él en el peor momento de la temporada y cuando se contaban las semanas para comenzar el play-off, el estadio José Zorrilla le señaló como no lo había hecho nunca.
En las últimas jornadas se miraba demasiado hacia el banquillo. El ex del Girona o Fútbol Club Barcelona no tenía la confianza del entorno y ante el Real Zaragoza quedó muy claro. Un par de semanas después, cuando el equipo perdía en casa (2-4) ante el Llagostera, el público respetó y no quiso hacer sangre ante la proximidad del duelo ante la Unión Deportiva Las Palmas de play-off. Pese a que en aquel cierre de competición regular no se escuchara el cántico de 14 días antes, el entrenador ya estaba sentenciado. Sin saber cómo iba a terminar su temporada, el José Zorrilla ya no le quería. Ante el Real Zaragoza lo dejó muy claro.

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