"En el Betis sí que había una presión bastante fuerte por subir"

Vincenzo Rennella llegaba al Real Valladolid en el mercado de invierno, después de haber sido seguido por Braulio Vázquez desde tiempo atrás. El francoitaliano se da a conocer un poquito más en una entrevista realizada para el club, donde asegura sentirse "un poquito más francés por haber crecido allí, pero tengo la doble nacionalidad y toda mi familia está en Italia".

 
El futbolista aterrizaba en España con 23 años: "Llegué a finales de agosto a Córdoba y, entre el acento y el calor, estaba muy perdido y muy sorprendido". Asegura que le gusta el país por "la gente y cómo se vive. Sevilla me gusta mucho para vivir". Pero Valladolid también le ha acogido muy bien: "Me encanta la ciudad y se come muy bien. Lo único es el tiempo, pero ahora parece que está mejorando. Pasé de un frío aguantable a uno complicado, además del viento, pero enseguida te acostumbras", bromea.

Un ascenso a las espaldas

El punta ya sabe lo que es subir a Primera División: "Un ascenso es bonito, pero uno con el Betis lo es mucho más. Ha sido mi mejor experiencia en el fútbol". Aunque no fue un camino de rosas: "Con la afición y el ambiente que hay, teníamos que subir sí o sí. Allí sí que había una presión bastante fuerte por el ascenso; no podías fallar ni fuera de casa ni en casa". Algo que se notaba en las redes sociales: "Con las derrotas, había algunos insultos, pero eran diez comentarios de miles que te llegaban". Eso sí, sean buenas o malas palabras, el delantero no suele "contestar a ninguno, pero leo todo y agradezco los mensajes de apoyo".
Rennella cree que "esa presión puede ser muy buena o muy mala. No es lo mismo jugar en el Betis que en un club pequeño. En Valladolid también hay esa presión de estar arriba. Por eso nos está costando un poco en casa, pero somos profesionales y hay que saber vivir con ello".
En Pucela es titular indiscutible, como empezó siéndolo en el conjunto sevillano, aunque dejó de contar para el nuevo entrenador: "Compartía vestuario con delanteros de gran experiencia y, con diez años menos que ellos, tenía que hacer el doble de esfuerzo".
Enzo es un goleador nato y sus tantos llevan siempre una celebración especial: "Todos se los dedico a mi padre, que ya no está, y señalo al cielo para recordarle".