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Un triste final para la temporada regular

Ángel Velasco B.

El 7 de junio de 2015 el Llagostera hizo su última visita al estadio José Zorrilla. La última y la primera de su historia, por otra parte. El equipo de Oriol Alsina llegaba al templo blanquivioleta sin nada en juego y con la salvación ya en el bolsillo para enfrentarse a un equipo lleno de suplentes y con la cabeza mucho más centrada en el play-off de ascenso que en el partido que disputaban ante los catalanes.

 
Con jugadores del Promesas en el once titular y con los futbolistas del primer equipo con menos minutos de la campaña, el Pucela de Rubi firmó un triste final a su temporada regular. La derrota (2-4) ante el modesto equipo catalán firmó el final de la campaña y el comienzo de un play-off en el que los pucelanos caerían eliminados ante la Unión Deportiva Las Palmas. Pese a que este partido se quiso vender como un encuentro fuera del objetivo del equipo, la imagen fue tan paupérrima como inaceptable para un equipo de la entidad del blanquivioleta.

Un once de circunstancias

El partido tenía tan poco interés para el Real Valladolid que su once titular resume cuáles eran los objetivos de Rubi para la última visita del Llagostera al estadio José Zorrilla. El hoy entrenador del Levante quería ver en acción a futbolistas jóvenes, ayudar al arranque de jugadores con lesión, premiar a aquellos con menos minutos pero buen trabajo y, sobre todo, cuidar a la parte importante del equipo para el play-off que comenzaba en pocos días.
Con unos y otros temas sobre la mesa, el Pucela saltaba al campo con un once formado por: Raul Fernández; Xavi Carmona, Iván Casado, Chus Herrero, Brian Oliván; Lluís Sastre; Jeffren Suárez, Alejandro Alfaro, Óscar Díaz, Jonathan Pereira; y Túlio de Melo. La propuesta, muy ofensiva, no encontró respuesta sobre el campo. Pese a comenzar ganando el encuentro con el último tanto de Pereira con el Real Valladolid, el equipo no tuvo fuerza ni empuje y se marchaba perdiendo al descanso tras la remontada del equipo catalán. Sergio León, hoy en el Elche como gran goleador de equipo de Rubén Baraja y de la categoría, e Imaz doblegaban a un Real Valladolid que tocaría fondo durante la segunda parte.
Pese a las entradas de Álvaro Rubio y David Timor para dar consistencia al juego del equipo, el Real Valladolid estaba fuera de un partido que perdería por una diferencia de dos goles (2-4) pese al interés de Túlio de Melo de que no fuera así. El delantero brasileño trabajo y buscó sus opciones de gol durante los 90 minutos que disputó. El ex delantero pucelano quiso aprovechar la única oportunidad que tuvo de jugar un partido completo para mostrar las cualidades que ahora sí está enseñando tras su regreso a la liga brasileña.

Una triste resaca

Tras aquel partido terminaba la temporada regular. El ambiente en el José Zorrilla no era bueno. No era el mejor para comenzar un play-off. El aficionado estaba enfadado pero no quería mostrar tal enfado con demasiada insistencia. La cercanía del play-off en el calendario frenaba que despidiera al equipo con unos pitos que hubieran sido merecidos por la imagen mostrada.
La realidad del partido quedaba en un segundo plano y lo hacía porque, después del duelo, la ceremonia de la promoción arrancó. Tras la última visita del Llagostera al estadio José Zorrilla, al entorno blanquivioleta no le interesaba el partido. Solo quería saber cómo iba a ser el partido ante Las Palmas. Ahora, nueve meses después, la previa y el juego del Pucela ante la nueva visita de los catalanes importa. Y mucho.
 
 

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