La enfermería vuelve a estar llena

La dura y sonrrojante derrota del Real Valladolid ante la Sociedad Deportiva Huesca en el Nuevo Estadio José Zorrilla no solo ha dejado malas noticias en el plano futbolístico. Dos jugadores importantes como André Leao y Manu del Moral tenían que retirarse del terreno de juego durante la primera parte tras sufrir sendas lesiones que les impedirán disputar los próximos partidos. De este modo, pasarán a ocupar la enfermería junto a Alejandro Alfaro, que sigue con su periodo de recuperación.

 

Manu del Moral, como Marc Valiente

Tras un choque en la disputa de un balón con Juanjo Camacho, el jienense recibía un golpe en la cara cumplida la primera media hora de juego. Miguel Ángel Portugal decidía sustituirle por Johan Mojica en el minuto 40, a pesar de que el atacante no estaba del todo de acuerdo con la decisión del entrenador.
El andaluz se sometía a una prueba radiológica tras el partido, la cual señalaba el diagnóstico concreto: fractura del hueso malar y fractura con hundimiento del arco cigomático, la misma que sufría Marc Valiente ante el Athletic Club de Bilbao en la temporada 2012/13 tras un codazo de Aritz Aduriz, lo que le tenía alejado de los terrenos de juego durante más de un mes. De esta manera, Manu del Moral también tendrá que ser intervenido quirúrgicamente y estará unas seis semanas de baja, como confirmaba el club.

André Leao, a la espera

En el minuto 8, el portugués sufría un pinchazo en los isquiotibiales del muslo derecho cuando intentaba estirar la pierna para alcanzar a Fran Mérida en el centro del campo. Rápidamente, el jugador notaba que algo no iba bien y se tiraba al suelo para que le atendieran las asistencias médicas. Poco después, se confirmaba que no podía continuar en el encuentro. El mediocentro, emocionado, tenía que abandonar el campo en camilla y era sustituido por Borja Fernández entre los aplausos de la afición.
André Leao será sometido este lunes a las correspondientes pruebas diagnósticas para determinar el alcance exacto de su lesión. Generalmente, un contratiempo de este tipo suele dejar en el dique seco a un futbolista entre dos y seis semanas. Aunque, en algunos casos, el tiempo de recuperación establecido puede aumentar hasta los dos meses.