Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia
Nàstic de Tarragona
1-1
Real Valladolid CF

Dos puntos al larguero

Chus Rodríguez

Otro punto. Otro insuficiente punto. El octavo partido sin perder muestra la dificultad de ganar al Real Valladolid pero retrata los problemas que el Pucela tiene para vencer. Ir de punto en punto es pan para hoy y hambre para mañana. La mediocre primera vuelta obliga a la excelencia en la segunda. Y de momento...
La primera parte revalorizó a tres jugadores del equipo de Portugal. Por un lado Nikos, que desmitificó la definición de defensivo impuesta desde su llegada. Fue el mejor aliado de otros dos jugadores enchufados: Mojica y Enzo Rennella. El colombiano va a su ritmo, pero se le cala desde el minuto 1 si le apetece estar jugando un partido de fútbol o prefiere estar bailando salsa choke. La llegada de Roger le ha debido de animar, de motivar. Y eso que dentro del campo se recriminan mutuamente en cada partido varias acciones por no dar un pase o precipitar un disparo. Rennella da la sensación de deambular, de indolente y de pasota. Pero si al talento que tiene se le sumase garra y carácter no estaría en el Real Valladolid ni habría pasado por Betis, Lugo o Córdoba. Sería futbolista de Champions. Solo hay que ver la intención en la primera falta del partido, buscando a Juan Villar con un golpeo clasista al que solo le faltó la complicidad del arocheno.

 
No mucho después, el trío zurdo avisó a Varo con un taconazo del colombiano, una recuperación del griego y un remate algo forzado del francoitaliano que se encontró con el portero rival en una de sus pocas intervenciones de mérito. Ambos equipos desplegaban propuestas similares, aunque el Nàstic se esmeraba más en buscar los errores blanquivioleta. Cuando no, buscaba hacer pupa por el centro con Emana como referente. Y fue precisamente el camerunés el que batió a Kepa superado el minuto 20 tras una jugada en la que medio Pucela llegó tarde al balón, se ablandó y dejó hacer. Se durmió primero Rennella, después André Leao y tanto Marcelo como Juanpe se descoordinaron. Naranjo rompió por el centro y un rebote en la cabeza de Marcelo Silva, con Aníbal apretando, dejó solo a Emana, que no falló ante Kepa.
Nada tardó en responder el Pucela. Leao se coló entre los centrales, los lateral extremaron su posición y esto permitió una superioridad que Nikos y Mojica hicieron buena. El sudamericano centró y a Varo se le dobló el guante. Allí estaba Rennella para hacer su primer gol con la camiseta del Real Valladolid.
El Nàstic adormeció y los de Portugal se vinieron arriba. Moyano, celoso del protagonismo de la banda izquierda, también se crecía por la diestra con buenas escaladas. El error de Varo en el gol animó a Rennella y Roger a poner nervioso al sustituto de Reina, que temblaba cada vez que el balón llegaba a sus dominios y los delanteros pucelanos apretaban. En una de esas cerca, muy cerca, estuvo el segundo gol de los de Miguel Ángel Portugal.
El hambre de Nàstic y Real Valladolid se multiplicó tras el intermedio. Ambos se sentían capacitados para llevarse los tres puntos y eran conscientes de la necesidad de conseguirlos. Especialmente el Pucela, que no se amilanó ni dio por bueno el empate como en tantísimas situaciones durante la primera vuelta. Traducción de que ya no hay tiempo para ir de punto en punto y que ganar es obligación en cada uno de los 15 partidos que quedan para finalizar la temporada. Una única banda acaparaba todas las jugadas peligrosas: la derecha del Nàstic, con Jean Luc percutiendo y la izquierda del Real Valladolid con la insistencia de Nikos. Sin embargo, Roger se sumó al baile de ocasiones con varias claras en los diez primeros minutos del segundo acto. La que más, un dos contra uno tras un error de la zaga tarraconense, que habilitó al valenciano para encarar a Varo. Mojica esperaba en solitario, pero el pistolero buscó diana y ni encontró portería.
De repente, el encuentro perdió ritmo y solo los errores abrían la posibilidad de un gol que decidiese el partido. Los cambios tardaron en llegar, aunque Vicente Moreno buscó antes que Portugal la calma y el golpeo de Juan Muñiz. No surtió efecto. El técnico burgalés, a diez del final, pobló el centro del campo con la entrada de Óscar y Manu del Moral. El Real Valladolid esperó a tener la suya. Y llegó. Juan Villar envió el balón al larguero a diez segundos del 93. De una ocasión para meterse en la pomada...a seguir dándose pomada para asumir que todo sigue igual. Igual de lejos.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar