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Álvaro Rubio, indudable historia blanquivioleta

Ángel Velasco B.

Dentro de unos años, cuando Álvaro Rubio sea un contrastado ex jugador, es decir, cuando ya se haya hecho a su nueva vida tras el fútbol, valorará, más aún de lo que lo hace ahora, todo lo que ha vivido con el Real Valladolid. El riojano, primer capitán blanquivioleta por segunda temporada, llegaba, en el empate (2-2) ante el Numancia, a los 300 partidos con la camiseta del Real Valladolid. Lo hacía en uno de sus mejores momentos como jugador blanquivioleta y tras superar una lesión muscular que le había tenido parado durante el último mes de competición.

 
Saltar al terreno de juego tras el segundo gol soriano restó importancia y fuerza a su regreso al equipo. El recibimiento se presuponía importante y caluroso. Su presencia actualmente es vital para el equipo de Miguel Ángel Portugal. Para el burgalés, el ‘18’ es el canalizador total del juego y su recuperación supone un plus para el equipo vallisoletano. El nivel del jugador es tal que, pese a sus 36 años y el peso de 300 partidos en sus piernas, cada vez que está sobre el campo, aumenta su ya indudable historia blanquivioleta.

Siempre el líder

Actualmente nadie parece dudar del veterano jugador. Hace unos años, sí. La llegada de Miroslav Djukic devolvió al futbolista al status que se había ganado con José Luis Mendilibar y que, progresivamente, fue perdiendo con Antonio Gómez y, sobre todo, con Abel Resino. La llegada del serbio y el buen momento de Rubio en la temporada 2011/2012 terminó con el equipo en Primera. En el fútbol las casualidades no existen y cuando los buenos jugadores tienen peso, galones y protagonismo, el resultado es el que el Real Valladolid consiguió en 2007 y 2012 y el que persigue en la actualidad.
Hace nueve años Rubio fue importante para ascender. Hace cuatro, también, y actualmente no es menos. El riojano es capital para Miguel Ángel Portugal en la búsqueda que éste tiene de “estar arriba”. El burgalés ha dado con la tecla que necesita el equipo y ésta es tener al capitán en buenas condiciones para el equipo. Álvaro Rubio siempre sobrevive y supera las diferentes circunstancias que le han envuelto en las diez temporadas que lleva en el estadio José Zorrilla. Siempre ha sido el líder. En todos y cada uno de los 300 partidos que ha disputado como blanquivioleta, ha sido el jefe de la máquina del juego blanquivioleta.

Más de la mitad de los partidos

Álvaro Rubio ha sido vital en esos 300 partidos disputados. Lo ha sido hasta el punto de disputar el 56,6% de los encuentros del equipo desde que José Luis Pérez Caminero firmó su llegada en el verano de 2006. Los diez entrenadores que ha tenido, once si contamos el paso interino de Javier Torres Gómez en 2010, han tenido valorado al jugador. Desde el 81% de los partidos que jugó con Mendilibar, hasta el 48% que vivió con Abel Resino, el riojano ha dejado cifras tan altas como el sorprendente 80% de participación que tuvo recientemente con Gaizka Garitano y que es la misma cifra que tuvo con Juan Ignacio Martínez en el último descenso pucelano.
Teniendo un papel importante en la última pérdida de categoría y sin participación, por una lesión, en las etapas de Onésimo y Javier Clemente en 2010, Álvaro Rubio firmó el 72% de los partidos que dirigió al Pucela Antonio Gómez, el 69% de los de Djukic y el 66% de los de Rubi.
Actualmente firma un 70%. Miguel Ángel Portugal ha contado con él en 12 de los 17 partidos que ha vivido desde el banquillo blanquivioleta. Con el burgalés ha llegado a los 300 partidos y con él sueña en conseguir su tercer ascenso blanquivioleta y, quién sabe, si su última experiencia en el mundo profesional del fútbol. Con 36 años, el final parece cerca pero la calidad de su juego, no. Hasta el último día, Álvaro Rubio seguirá aumentando su indudable historia.

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