"Estoy absolutamente descontento"

La noticia tras el partido no estaba en las palabras de Miguel Ángel Portugal ni en cómo había sentado el empate en el vestuario del Real Valladolid. Lo más destacado tras el pitido final eran las palabras de Carlos Suárez, presidente del club. El leonés se mostraba tremendamente enfadado con el equipo y criticaba la actitud de los jugadores en un partido en el que se enfrentaban a un rival "con la mitad del presupuesto que el nuestro y con cincos, seis o siete bajas".

 

La base del entrenamiento

El problema para el máximo dirigente pucelano es de base y es una cuestión de entrenamiento. Sobre ella hablaba al referirse a la intensidad del equipo. Para Carlos Suárez, "hemos corrido menos que un día de entrenamiento" pero no una sesión normal sino una de esas "en las que se descansa". Con la teoría de que "cómo se entrena, se juega", el presidente pucelano reconocía que el juego ante la Ponferradina ha sido "el reflejo de cómo se entrena algunos días de la semana". En sus palabras se entiende un enfado en el día a día del equipo y en una muestra débil de actitud.

Hemos corrido menos que un día de entrenamiento de esos en los que se descansa

Sin corazón no se puede competir porque "nos convertimos en un equipo vulgar". Para evitar esa intrascendencia, el leonés hablaba de recuperar la actitud del partido ante el Córdoba. Con ella, y según Suárez, el equipo no tiene techo. "Este equipo con la actitud del día de Córdoba no hay nadie que le pueda ganar", aseguraba.
Es una cuestión de querer y de no creer que se gana "con la camiseta". Sin "actitud", como reconocía constantemente el presidente pucelano, el Real Valladolid ha firmado un "partido horroroso". "Malísimo", según el dueño de la entidad. Su sensación era malísima tras el empate y así se lo ha hecho saber a los jugadores. "Se lo he dicho a ellos", afirmaba porque estaba "tremendamente descontento" con la imagen que dejaba el Real Valladolid ante la Sociedad Deportiva Ponferradina.