Saldo positivo
El tanto de Guzmán Casaseca al Club Deportivo Tenerife no fue uno más. No fue solamente el que cerró la goleada. El cuarto gol del Real Valladolid en el último partido de 2015 resulta vital para cerrar una mala racha que ya llegaba a las 15 jornadas. Desde la victoria al Alcorcón en el estadio José Zorrilla en la segunda jornada, el equipo blanquivioleta no tenía un saldo positivo de goles. Es decir, desde el 30 de agosto el Pucela no tenía más goles anotados que recibidos.
La victoria en la segunda jornada ante la Agrupación Deportiva Alcorcón solventó la derrota en el debut ante el Córdoba. Los goles de Juan Villar y Óscar González solucionaban a nivel de goles la derrota en El Arcángel. En aquel momento, un gol recibido y dos anotados dejaban el saldo en positivo. Desde aquel momento y hasta la goleada reciente ante el Tenerife una constante diferencia de goles negativa había marcado el avance del Real Valladolid. Derrotas como la de Ponferrada o Llagostera dejaban al equipo en una situación peligrosa.
15 largas jornadas
Desde aquella segunda jornada, el equipo, inicialmente de Gaizka Garitano y tras la derrota en Palamós de Miguel Ángel Portugal, han tenido que pasar 15 partidos para que el Real Valladolid tuviera un saldo positivo en su diferencia de goles. El éxito es mínimo pero ésta es una prueba más del crecimiento del equipo. Poder iniciar el 2016 con más goles anotados que recibidos después de lo mal que ha terminado el 2015 es un aliciente para poder confiar en el equipo y seguir creyendo en las posibilidades de este proyecto por ser una opción de cara a los primeros puestos de la tabla.