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Ni practicidad ni 'jogo bonito'

Asier Garitano en un partido de esta temporada (FOTO: Real Sociedad)
Marta Gonzalo

El partido que se jugó ayer en Anoeta fue un canto al aburrimiento. No fue precisamente lo mejor para un encuentro que tuvo lugar un lunes a las 21 horas, en una noche en la que las temperaturas bajaron bastante.

El choque se emitió en abierto por GOL TV, por lo que más de uno que no fuera seguidor de ninguno de los dos equipos, por mucho que le guste el fútbol, seguro que acabaría cambiando de canal.

Ni Real ni Girona ofrecieron un buen espectáculo. La táctica se impuso a la estética, y ni los donostiarras mostraron sello de personalidad, ni los catalanes esa idea de juego que le gusta a su técnico de apostar por salir con el balón jugado desde atrás.

Las dos temporadas y media que pasó Eusebio en la Real, salvó la última fase de la campaña anterior, se caracterizaron por un equipo, el blanquiazul, que práctico el fútbol más bonito de Primera División como reconocieron muchos equipos de LaLiga Santander.

Los gipuzkoanos tenían una identidad propia y todos los jugadores sabían lo que tenían que hacer en cada momento. Se notaba la mano de lo que palpó el entrenador de La Seca de su estancia en Barcelona. Ese juego que tanto gustó en Donostia no se vio ayer en el césped de Anoeta.

El Girona se presentó como un equipo sin ambición, con muchos hombres acumulados atrás, y replegados en busca de una contra para hacer daño con sus hombres peligrosos de arriba. La mano de Eusebio, o al menos su filosofía de juego, brilló por su ausencia.

La Real no fue mejor. Si bien es cierto que Asier Garitano ha reconocido desde que llegó a la Real que no iba a seguir ningún estilo concreto de juego, lo del choque de este lunes fue de lo más flojo que se ha visto en lo que va de campeonato. Intentó adaptarse a lo que proponía el rival pero no salió bien. La Real no logró superioridades y se mostró como un equipo falto de ideas.

En resumen, ni sirvió la practicidad que buscaba Garitano ni se vio el juego bonito que predica siempre Eusebio.